Trump está comprometido a alcanzar un acuerdo inmediato para poner fin a la guerra en Ucrania, pero no duda en regresar a la lucha después de la tregua de Pascua.
Fecha: 21.01.2025. El presidente estadounidense, Donald Trump, navega entre diversas estrategias mientras se acerca la posibilidad de que Rusia y Ucrania muestren avances significativos en la obtención de un acuerdo de paz en el conflicto que ha persistido desde febrero de 2022. Tras amenazar la semana pasada con suspender los esfuerzos de su administración para lograr una tregua, ahora Trump sugiere un enfoque inmediato que promete a ambas naciones la posibilidad de «ganar una fortuna a través de la paz».
“Espero que Rusia y Ucrania logren un acuerdo esta semana. Ambos comenzarán a colaborar con grandes empresas en Estados Unidos, lo que será muy provechoso y culminará en un gran avance de riqueza!”, explicó Trump a través de sus redes sociales el lunes.
Sin embargo, hace solo dos días, Trump, respaldado por su secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió sobre la posibilidad de retirar a Estados Unidos del proceso de negociación si no observaba avances en las numerosas conversaciones con representantes rusos y ucranianos. La transformación de la ambiciosa promesa inicial de Trump de terminar la guerra en 24 horas ha derivado en una visión más sombría, donde la guerra podría extenderse durante años debido a la ineptitud de Washington para mantener una postura firme.
En el ámbito internacional, nadie confía realmente en las promesas de Trump en términos de lograr una paz rápida, ya sea en un período de 24 horas o incluso en sus primeros cien días de mandato, especialmente teniendo en cuenta ciertos interlocutores clave como el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Trump navega en el conflicto ucraniano
La situación se complica aún más para Trump, dado que su prestigio en el ámbito internacional está en juego, especialmente tras su reciente anuncio de tarifas globales. El momento parece crítico, y este podría ser un triunfo para Trump si establece sus condiciones sin que Rusia, Ucrania o sus aliados europeos puedan influir en su decisión o tiempo.
Trump sostiene que es factible alcanzar un acuerdo más eficiente que la breve tregua de Pascua que solo duró treinta horas, donde se acordó un cese al fuego, aunque se produjo actividad militar en varias áreas del frente. A pesar de eso, ambos bandos se acusan de violar repetidamente las condiciones de la tregua.
Ucrania reportó 2,935 violaciones del alto el fuego, incluyendo ataques aéreos y ofensivas en la región de Donetsk y en la ciudad de Pokrovsk, donde las hostilidades han sido intensas. Por otro lado, el Ministerio de Defensa de Rusia documenta alrededor de 4,900 violaciones de la tregua durante la Pasión ucraniana, destacando ataques aéreos y de artillería contra posiciones y infraestructura civil en las regiones rusas de Kursk, Briansk y Belgorod, así como en la península de Crimea.
El Kremlin sostiene que Ucrania utilizó la tregua de Pascua para «aprovechar» y «cubrir deficiencias» en las líneas de defensa rusas, mientras que Kiev formula acusaciones similares contra Moscú por las supuestas violaciones de la tregua.
Kyiv y Moscú en un ciclo agotador
Zelensky sigue confiando en que Trump re-evalué su enfoque actual y vuelva a brindar apoyo a Ucrania con la misma energía que durante los años de conflicto bajo la administración de Joe Biden. O, al menos, espera que la asistencia armada que permanece en espera no sea retirada, mientras que el Pentágono continúa proveyendo a Kiev información de inteligencia crucial para sus operaciones.
De la misma forma, Putin ve como conveniente que Washington acepte, de facto, la incorporación de no solo la península de Crimea, anexada en 2014, sino también el resto del territorio adquirido durante este conflicto, según mencionan fuentes en la administración de Trump citadas por Bloomberg.
Putin también cree que el acceso de Trump a la creciente tensión entre Estados Unidos y la Unión Europea por las tarifas, puede ser aprovechado para mejorar la relación entre Moscú y Washington.
Intereses rusos en Europa
No se trata de que Rusia busque expandirse en Europa, como afirman ciertos analistas en Bruselas. Más bien, su objetivo es utilizar a Moscú como un mecanismo que refuerce una carrera armamentista europea. Sin embargo, las intenciones de Putin son diferentes: él aspira a una Europa que esté dividida y debilitada, lo que en última instancia beneficiaría la economía rusa, al tiempo que resalta que no es una amenaza para los intereses de Moscú en Asia y África.
En cuanto a la estrategia de Trump respecto a la paz en Ucrania, se hace evidente que Estado Unidos se niega a respaldar las aspiraciones ucranianas de unirse a la OTAN, una situación que también alimentó las preocupaciones de Rusia, que expresa que esta es una de las motivaciones clave detrás de la invasión de su territorio.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha destacado que la apertura actual entre Rusia y Estados Unidos podría facilitar la resolución del conflicto, siempre que Trump mantenga una postura positiva hacia estas dinámicas.
Para tener éxito, la solución debe involucrar el reconocimiento por parte de Estados Unidos de los derechos rusos adquiridos en el este de Ucrania, aunque esto choque con la realidad actual. Al principio del conflicto, Ucrania era vista como una unidad monolítica por EE. UU., pero ahora la situación en Donbás, así como en las regiones de Donetsk y Lugansk, muestra que aún persiste la lucha nacionalista.
Iniciativas de negociación entre Putin y Zelensky
Actualmente, tanto Kiev como Moscú consideran que un paso firme de Trump podría ser crucial para el futuro del conflicto, evitando que las tensiones aumenten en el frente.
Putin no descarta la posibilidad de una nueva tregua que respete la infraestructura civil, aunque persiste en el uso de su ejército. En este contexto, un reciente ataque contra instalaciones en Sumy resultando en la muerte de más de 30 civiles, demuestra que confrontaciones militares continúan en medio del conflicto.
La última ofensiva también incluyó un ataque misilístico contra un restaurante en Járkov, donde más de 20 civiles perdieron la vida, señalando que estas instalaciones se utilizan ocasionalmente para reuniones por parte del comando ucraniano. “¿Acaso esta es la infraestructura civil? ¿Pero cuál era el objetivo? El ejército”, acusó Putin.
A pesar de esto, el presidente ruso ha manifestado su disposición para explorar vías de resolución, señalando que Rusia mantiene una «actitud positiva» en este sentido. “Todo esto requiere un estudio a fondo, tal vez incluso bilateral. No nos apagamos”, afirmó, sugiriendo un contacto directo con Zelensky, algo que podría llevar a nuevos horizontes en la negociación.
Trump como figura clave en las negociaciones
Moscú tiene claro que las debilidades de Trump pueden ser una ventaja en la actual coyuntura internacional. Para Putin, finalizar la guerra en Ucrania podría facilitar una entente con Rusia, un país que, desde un enfoque geopolítico, sigue siendo relevante.
A pesar de que el Kremlin no cuenta con mecanismos de presión como los de antaño, sigue siendo firme en el conflicto ucraniano y no dudará en aprovechar al máximo la situación antes de ceder.
En el caso de Ucrania, la situación también es precaria. Zelensky se ha convertido en una figura complicada para la administración de Trump, y su posición carece de la confianza necesaria por parte de sus aliados occidentales. La posibilidad de que el ecosistema de armas enviado a Ucrania se utilice efectivamente es incierta, y esto crea suspicacias sobre qué pasará en el futuro, especialmente en vista de los rumores sobre características de armas que pueden ser desviadas ante una prolongada lucha por la adhesión a una unión europea.
Consideraciones económicas determinantes
Finalmente, la administración estadounidense deberá tomar decisiones cruciales, mientras observa otros terrenos de influencia, como Asia y Oriente Medio. Todo parece indicar que, en esta ocasión, la economía puede tener un peso mayor que la seguridad y la defensa en los cálculos de Trump.
Trump está evaluando el equilibrio de su política en función de la cuestión ucraniana, donde existen oportunidades en materia de explotación de recursos energéticos ucranianos, a la par que se explora la colaboración con Rusia como proveedor de minerales clave para las tecnologías emergentes. Esto puede ser decisivo para reducir la influencia del enemigo geopolítico más importante para los Estados Unidos.