El Zoológico de Cali atraviesa un momento de profundo dolor tras la pérdida de una de sus especies más emblemáticas: Indira, una tigresa de Bengala que convivió durante 21 años en la institución. La tarde del sábado 16 de agosto fue testigo de una escena inusitada y trágica: un enfrentamiento territorial con su hijo, Kanú, originó heridas que terminaron con su vida.
Los hechos ocurrieron cuando Indira y Kanú disputaron los límites dentro del recinto que compartían. El personal del zoológico actuó con celeridad: mediante ruido, extintores y un mecanismo de «recall» —una técnica de entrenamiento que induce al animal a entrar en zonas seguras— lograron ingresar a Kanú al área de manejo.
Una vez asegurado el entorno, el equipo veterinario proporcionó atención médica especializada a Indira. Fue sedada y trasladada a la zona de manejo, donde recibió maniobras de reanimación tras un deterioro súbito: aunque mostró signos iniciales de estabilización, finalmente sufrió un paro cardiorrespiratorio.
La necropsia preliminar reveló una posible afectación renal aguda como consecuencia del shock y el trauma sufrido. El zoológico destacó que, en los 12 años de convivencia entre madre e hijo, nunca se había presentado un episodio similar de agresividad.
El anuncio provocó consternación entre visitantes, cuidadores y la comunidad en general. En un comunicado oficial, el zoológico expresó su pesar:
“Nuestro corazón se encuentra muy triste, muy afligido… hoy estamos muy adoloridos y muy tristes por la partida de Indira, porque llevaba 21 años con nuestra familia”.
Además, Kanú permanece bajo observación veterinaria para evaluar su comportamiento y evitar futuros incidentes.
Este no es el primer episodio crítico en el zoológico en lo que va del año. En febrero, otro felino, un puma llamado Orus, murió tras escapar de su recinto y ser contenido por el equipo de bienestar animal, lo que generó también conmoción pública.
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