En los últimos meses, las autoridades de Bogotá han reportado un repunte en los denuncias por robo de automóviles, lo que ha vuelto a poner en primer plano la inseguridad para los conductores en la ciudad. Aunque algunos datos muestran una tendencia hacia la baja, expertos y dirigentes distritales advierten que los delitos continúan con modalidades cada vez más sofisticadas, concentrados en ciertas localidades e impulsados por redes delictivas especializadas.
Cifras recientes y comparación interanual
- Entre enero y mayo de 2025 se reportaron 1.147 robos de automóviles en Bogotá, lo que equivale a que, en promedio, se roba un carro cada tres horas y media.
- En el mismo periodo de 2024, los robos fueron 1.856, lo que implica un descenso aproximado del 38 % al 48 %, dependiendo del corte y de las fuentes consultadas.
- A pesar de esta contracción general, dirigentes como el concejal Andrés Barrios han señalado que en algunas localidades el delito no ha cedido y concentraría casi la mitad de los casos reportados.
- Además, Bogotá concentra un peso significativo dentro de los robos de vehículos a nivel nacional: la capital, junto con los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca, agrupan cerca del 65 % de los casos en el país.
Localidades más afectadas
No todas las zonas de Bogotá presentan la misma intensidad de robos. Según los registros y denuncias:
- Kennedy: una de las localidades con más hurtos reportados, con barrios como Castilla o Ciudad Kennedy entre los más golpeados.
- Puente Aranda: barrios como Galán y Ciudad Montes acumulan numerosos casos.
- Engativá: el sector de Normandía es especialmente señalado.
- Otras localidades como Fontibón, Ciudad Bolívar, Suba, Tunjuelito, Bosa o Rafael Uribe Uribe también han reportado incrementos relativos o casos constantes, aunque con menor concentración que las zonas principales.
Modalidades, horarios y métodos preferidos
Las investigaciones policiales y los análisis de denuncias indican que:
- Aproximadamente el 69 % de los robos se realizan por la modalidad del “jalado” o aprovechando descuidos (también conocido como “factor de oportunidad”).
- En al menos 270 casos se ha utilizado llave maestra para forzar cerraduras o sistemas de acceso.
- En cuanto a horarios, cerca del 38 % de los robos ocurre de noche, mientras que 37 % tiene lugar los fines de semana.
- Muchas acciones delictivas ocurren en calles residenciales, en garajes abiertos o zonas de parqueo mal protegidas, lo que facilita el accionar de las bandas.
Retos institucionales y críticas
- La infraestructura de vigilancia ha sido un punto de cuestionamiento: se reporta que un porcentaje de cámaras de seguridad en la ciudad no funcionan, lo cual debilita la capacidad de reacción de las autoridades.
- Algunos sectores critican que las medidas locales no han sido suficientes ni focalizadas: la falta de acompañamiento policial en ciertas zonas vulnerables o la ausencia de patrullaje constante son señaladas como debilidades.
- Los afectados muchas veces denuncian que los trámites para recuperar vehículos robados son engorrosos, lentos y discriminan los sectores con menor capacidad socioeconómica.
Medidas adoptadas y propuestas
- La Policía Metropolitana de Bogotá ha reforzado operativos en las zonas críticas, con patrullajes en horarios nocturnos y acompañamiento focalizado en las localidades más afectadas.
- Algunas iniciativas proponen actualizar o reactivar el sistema de cámaras de seguridad, mejorar la iluminación de calles y coordinar con autoridades comunitarias para alertas tempranas.
- En el plano político, concejales han pedido reforzar los mecanismos de denuncia y protección para víctimas, así como asignar recursos de seguridad específicamente para las localidades con más registros delictivos.
Conclusión
Aunque los datos oficiales muestran una reducción interanual significativa en el número global de robos de vehículos en Bogotá, la percepción ciudadana sigue marcada por la inseguridad en ciertos barrios y las modalidades delictivas persistentes. Las zonas donde más se concentran los robos —Kennedy, Puente Aranda y Engativá— requieren especial atención, así como un esfuerzo coordinado entre policía, autoridades distritales y comunidad para prevenir delitos, optimizar vigilancia y agilizar la recuperación de bienes robados.
Este escenario evidencia que el problema no es uniforme, y que para contenerlo se necesita una estrategia con mayor focalización, inversión en infraestructura de seguridad y una cultura ciudadana de denuncia y prevención.
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