El pasado viernes 26 de septiembre, el Gobierno de Estados Unidos tomó la determinación de revocar la visa estadounidense del presidente colombiano Gustavo Petro, tras considerar que en un acto público en Nueva York el mandatario instó a militares de aquel país a desobedecer a las órdenes del presidente Donald Trump.
Ese discurso —ocurrido luego de una manifestación en apoyo al pueblo palestino en la que Petro calificó de genocidio las acciones de Israel en Gaza— generó de inmediato fuertes reacciones diplomáticas y políticas.
En esa coyuntura, Andrea Petro, hija del presidente, reaccionó públicamente con acciones simbólicas que se interpretan como respaldo político y familiar frente a esta crisis diplomática.
Una de las medidas más visibles que tomó fue modificar su imagen de perfil en la red social X (antes Twitter), sustituyéndola por una en la que figura la bandera de Palestina. Anteriormente, su foto de perfil mostraba una imagen personal suya con vestido.
El cambio provocó reacciones divididas entre sus seguidores: mientras algunos apoyaron la acción como una manifestación de solidaridad con la causa palestina y respaldo al padre, otros criticaron la visibilidad política de Andrea en un asunto diplomático.
Al pronunciarse sobre el tema, la joven no ofreció declaraciones largas o detalladas, pero su comportamiento en redes sociales y su gesto simbólico dejan entrever que pretende mantenerse alineada con la defensa pública del presidente frente a presiones internacionales.
Por su parte, Gustavo Petro reaccionó con una postura desafiante tras el anuncio de la revocación de la visa, afirmando que “no le importa” dicha medida, y apuntando que sigue contando con ciudadanía europea que le permitiría otros mecanismos de movilidad internacional.
No obstante, la situación ha agudizado tensiones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos. Para muchos analistas, la medida de Washington no solo es una respuesta directa al discurso del presidente, sino un precedente peligroso en el uso de herramientas migratorias como sanción política.
En Colombia, el episodio ha generado un debate intenso: sectores del gobierno interpretan que la revocatoria es un acto hostil que vulnera principios diplomáticos, mientras voces de la oposición critican a Petro por excederse en su discurso público.
Para Andrea Petro, la decisión de visibilizar su apoyo mediante símbolos digitales puede leerse como parte de su estrategia de posicionamiento personal y familiar en medio de la polarización política que atraviesa el país. En un contexto donde los hijos de mandatarios suelen tener papeles simbólicos más que institucionales, este episodio marca una aparición significativa de Andrea en el escenario público nacional.
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