Este domingo, el Ejército Nacional confirmó que, en coordinación con la Policía Nacional y mediante el Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (CONAT), logró localizar y destruir un laboratorio clandestino para el procesamiento de cocaína en la vereda Bocas de Albín, zona rural del municipio de Barbacoas, Nariño.
La infraestructura estaba compuesta por nueve subestructuras con funciones específicas en el esquema de producción. Según el Ejército, el avalúo de esa infraestructura ilegal alcanzaba aproximadamente 10.000 millones de pesos colombianos.
Dentro del complejo hallado se encontraron:
- 1.615 kilos de clorhidrato de cocaína listo para ser empacado.
- 1.012 galones de base en suspensión (materia prima intermedia).
- 950 galones de cocaína líquida.
- 400 kilos de ácido sulfúrico.
- 385 galones de hidrocarburos.
- Grandes cantidades de otros insumos químicos usados para el procesamiento del alcaloide (sosa cáustica, solventes, etc.).
- Equipos como recipientes, bombas, sistemas de mezcla, contenedores, entre otros.
La destrucción del laboratorio fue controlada: se aplicaron procedimientos de vertimiento, disolución e incineración para neutralizar completamente la capacidad de producción ilícita.
El Ejército resaltó que con esta operación se evitó la circulación de aproximadamente 1.615 dosis de cocaína en el mercado ilegal.
Importancia estratégica y contexto
Afectación a las finanzas criminales
Este fue un golpe directo a la economía de los Grupos Armados Organizados Residuales (GAOR) que operan en el sur de Colombia. Al destruir un laboratorio con capacidad para producir cuatro toneladas al mes, se interrumpen las rentas ilícitas que sostienen sus actividades operativas, logísticas y militarizadas.
Además, mediante esta operación las autoridades pudieron visibilizar rutas de envíos que usaban estos grupos para mover cocaína hacia Estados Unidos y México, atravesando corredores costeros en Ecuador y otros puntos estratégicos.
Conexiones con carteles internacionales
Según inteligencia militar citada por Semana, esta infraestructura tenía conexiones con carteles del narcotráfico en México, que facilitarían la salida del alcaloide hacia mercados internacionales.
Enfoque táctico y nuevo énfasis en Nariño
En los últimos meses, el Ejército ha intensificado sus acciones contra las estructuras narcotraficantes en Nariño, debido a la confluencia de factores: ubicación fronteriza con Ecuador, corredores marítimos del Pacífico y presencia histórica de disidencias de las FARC.
Este tipo de operaciones reflejan un enfoque más agresivo en la interdicción de estructuras de producción, no solo en la erradicación de cultivos ilícitos, como lo han venido haciendo las fuerzas de seguridad en diversos frentes.
Antecedentes relevantes
- En mayo de 2025 se reportó el desmantelamiento de numerosas infraestructuras de producción de cocaína en Nariño, incluyendo más de 1.146 estructuras relacionadas con laboratorios en todo su territorio.
- En agosto de 2025 el Ejército también destruyó un laboratorio en Nariño que contenía casi una tonelada de cocaína, vinculado a la estructura “Segunda Marquetalia”.
- En septiembre de 2025, en el municipio de Samaniego (Nariño), la Policía destruyó un laboratorio clandestino con capacidad de producir dos toneladas mensuales, capturando en flagrancia a 11 personas.
- Las disidencias de las FARCEP son organizaciones que se financian con el narcotráfico, conducen control territorial en zonas rurales apartadas, y operan cadenas completas de coca, procesamiento y transporte del estupefaciente.
Retos, riesgos e interrogantes
- Aunque la destrucción de laboratorios reduce la capacidad de producción, los grupos criminales pueden reorganizar sus redes, montar nuevas instalaciones o migrar sus operaciones hacia zonas más remotas o con menor control estatal.
- La vinculación entre narcotráfico nacional e internacional plantea un reto para la cooperación judicial y de inteligencia entre Colombia, México, Estados Unidos y países de tránsito.
- Las rutas de salida de droga son múltiples: por vía marítima, terrestre (a través de Ecuador) y aérea clandestina. Controlar esos corredores exige presencia persistente y coordinación multinivel.
- Finalmente, afecta directamente las comunidades locales, no solo por los riesgos ecológicos (vertimientos químicos), sino por la presencia militarizada, el desplazamiento forzado y las dinámicas de poder que los grupos armados ejercen en esos territorios.
Conclusión
La operación en Barbacoas, Nariño representa un golpe significativo a las finanzas de las disidencias de las FARC. La destrucción de un laboratorio con capacidad para 4 toneladas mensuales es una demostración de la voluntad del Estado para alcanzar las fuentes de financiamiento del narcotráfico, no solo sus manifestaciones externas. Pero la lucha continúa: mientras las estructuras delictivas existan y operen en territorios con vacíos institucionales, nuevas instalaciones podrán surgir. Este hecho debe ubicarse en un marco más amplio de estrategia de seguridad, cooperación internacional y fortalecimiento del Estado en los territorios más vulnerables.
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