El sábado 4 de octubre de 2025 será recordado en Bogotá como un día histórico para la música popular, cuando Luis Alfonso —con el espectáculo “La cantina más contentosa”— hizo su debut en el estadio Nemesio Camacho El Campín con cerca de 30.000 asistentes, luces, producción de gran escala y varios artistas invitados.
Pero este momento de triunfo estuvo precedido por días de incertidumbre, dudas sobre permisos, ajustes de última hora y grandes retos logísticos. A continuación, te presento un repaso del proceso, los detalles del show y las recomendaciones clave para los asistentes.
Contexto: entre permisos negados y últimas salvaciones administrativas
La realización del concierto no partió con todo listo. El 18 de septiembre de 2025 la Secretaría Jurídica de la Secretaría de Gobierno de Bogotá emitió la Resolución GJR1349, en la que negaba la autorización para que el evento “El Festival Más Contentoso Luis Alfonso” se realizara en El Campín, debido a que el promotor (CMN Colombia S.A.S.) no había cumplido con todos los requisitos legales y técnicos.
Las observaciones señaladas incluían carencias en la documentación sobre uso del sitio, pólizas de responsabilidad civil, conceptos de entidades como el Idiger, permisos locales, controles de seguridad, estudios estructurales y cumplimiento de normas culturales.
Sin embargo, en los días posteriores, la organización presentó un recurso de reposición, subsanó las falencias señaladas y aportó los documentos faltantes. La Dirección Jurídica revisora revocó la respuesta negativa y, mediante la resolución GJR1467 (o conforme a la entidad competente), finalmente autorizó el evento, al confirmar que los requisitos legales fueron cumplidos.
El 3 de octubre, el Distrito dio luz verde e hizo oficial la realización del concierto, generando alivio entre seguidores y el equipo artístico.
Desde esa confirmación, se redobló el trabajo logístico para asegurar que el show se desarrollara sin contratiempos: control de boletería, coordinación con policía, despliegue de equipos técnicos y cumplimiento de normas de seguridad.
La noche del show: vivencias, detalles y puesta en escena
Inicio del evento y ambiente
El concierto arrancó oficialmente a las 6:00 p.m., aunque el público empezó a llegar desde bastante antes. El ambiente estuvo marcado por la estética del género: botas, sombreros, colores alusivos al “contentoso” y decoraciones especiales como tractomulas temáticas (“la famosa tricolor”) ubicadas cerca de la tarima.
La tarima—de gran amplitud—estaba acompañada de pantallas gigantes, que permitieron que el público más alejado tuviera una experiencia visual cercana.
Artistas invitados y sorpresas
Antes de la aparición de Luis Alfonso, músicos como Brian Puerta, Nelson Velásquez, Jhon Álex Castaño y Luis Alberto Posada amenizaron la espera con sus éxitos (“Ajena”, “De bar en bar”, “El precio de tu error”, entre otros).
Durante el show principal se presentaron momentos emotivos y colaboraciones. Hernán Gómez subió al escenario para homenajear a su hermano Darío Gómez interpretando “Entre Comillas”; Pipe Bueno también se sumó para cantar “La cantina” junto al artista principal; y el hermano de Luis Alfonso, Miguel Bueno, lo acompañó para cerrar juntos con “Solcito”.
Un momento particularmente conmovedor fue cuando se proyectó un video familiar con mensajes de sus hijos y esposa, felicitándolo por lograr llenar un estadio.
Setlist y duración
El concierto incluyó alrededor de 30 canciones interpretadas en un lapso que superó las tres horas, combinando sus temas más emblemáticos con algunos lanzamientos recientes.
Los hits como “Contentoso” y “Chismofilia” fueron los encargados de cerrar la velada con un clímax de júbilo entre el público.
Producción técnica
La puesta en escena fue destacada: cambio de vestuario, pirotecnia, efectos visuales, una escenografía cuidada y una coordinación técnica que buscó que cada asistente viviera el espectáculo lo más cerca posible.
Recomendaciones y logística para asistentes
Según la información que circuló antes del evento, los organizadores y autoridades establecieron algunas pautas para garantizar el orden y la seguridad:
- Los accesos habilitados al estadio eran por Carrera 30, Calle 53 y por el sector del Movistar Arena.
- Se recomendó usar transporte público para evitar congestiones. Especialmente, TransMilenio habilitó rutas especiales desde estaciones como Movistar Arena y Estadio Campín – UAN hacia los portales principales de Bogotá.
- En cuanto a la política de ingreso: en la localidad norte alta podían entrar menores desde los 7 años, pero en otras localidades el ingreso era exclusivo para mayores de edad.
- Quedó expresamente prohibido llevar alimentos, bebidas externas, objetos peligrosos, cámaras profesionales, productos para fumar o psicoactivos. También se advirtió que, una vez salido del estadio, no habría reingreso.
- Otro aspecto clave fue la movilidad: la Secretaría de Movilidad de Bogotá decretó cierres y desvíos viales en vías como NQS, calle 26, carrera 50, entre otros corredores cercanos al estadio.
- Se invitó al público a llegar con tiempo suficiente, aprovechando las vías recomendadas y evitando saturaciones en los accesos.
Balance del evento y su significado
El concierto de Luis Alfonso en El Campín no solo se constituyó como un logro artístico para el cantante (cumpliendo su anhelo de hacer un show de estadio), sino como una demostración del auge actual de la música popular en Colombia: un género que sigue ganando terreno en espacios masivos.
Superar los trámites y autorizaciones fue una hazaña adicional al espectáculo en sí. La expectativa era alta, tanto por la magnitud del recinto como por los días de incertidumbre previos.
Para quienes asistieron, quedó una experiencia emotiva, cercana y potente; para Luis Alfonso, un hito en su carrera; y para la industria musical nacional, otro ejemplo de que eventos masivos en Bogotá aún pueden realizarse con éxito, si la logística y los requisitos se ajustan oportunamente.
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