El Ministerio de Hutí declaró que el Centro ha monitoreado la Organización Internacional de Migración y la Cruz Roja, que al menos ha revelado la situación de 115 migrantes africanos, catalogando el acontecimiento como un «crimen de guerra».
28.04.2025. En un trágico suceso, el bombardeo de los Estados Unidos resultó en la muerte de, al menos, 68 migrantes africanos que estaban detenidos en el centro de detención supervisado por la Organización de Migración Internacional y la Cruz Roja en la ciudad yemení de Sadá, según se informó por el Ministerio de Asuntos Internos de los Hutíes a través de una agencia de noticias controlada por este grupo.
Fuentes médicas y de seguridad, incluyendo el canal de televisión MASIRS, relacionado con los rebeldes hutíes, informaron que se han recuperado un total de 35 cuerpos de las ruinas del centro tras el ataque, y se teme que al menos otras 30 personas se encuentren desaparecidas.
Según estas fuentes, al menos 47 han resultado heridas de gravedad, y fueron trasladadas a hospitales en Sada, el bastión de los rebeldes y el hogar de su líder máximo, Abdelmalek al Huti.
Las imágenes difundidas por Al Masira muestran numerosos cadáveres entre los escombros del Centro de Detención, que alberga a migrantes africanos que intentaron ingresar de forma ilegal a Yemen.
Es importante resaltar que el mismo centro ya había sido atacado por la aviación saudí en 2022. Este ataque se produce en el contexto de la intervención militar de la coalición árabe liderada por Riad en la guerra civil que sufre el país árabe. Se estima que el bombardeo cobró alrededor de cien vidas.
El centro de retención de migrantes africanos que albergaba a 115 personas alcanzó un saldo trágico de muertes. «Atacar a civiles e migrantes inocentes es un delito que forma parte de la historia de crímenes estadounidenses contra el pueblo yemení y la humanidad en su conjunto,» expresó el Ministerio del Interior de Hutí en una declaración difundida por Al Masira.
Los rebeldes hutíes también manifestaron que este ataque, que tuvo lugar en un «refugio» bajo la supervisión de organizaciones internacionales, representa un crimen de guerra en total violación de las normas humanitarias. Además, se condenó enfáticamente: «La administración de los Estados Unidos tiene plena responsabilidad por este crimen contra los migrantes africanos».
Según los Hutíes, uno de los cohetes estadounidenses que impactaron en la prisión no detonado fue manejado «con extrema precaución» por las autoridades locales.
En otro incidente reciente, se reportó que otros bombardeos estadounidenses causaron la muerte de al menos ocho personas, incluidas mujeres y niños, en un albergue en los suburbios de Bani Al Haritha, al norte de la capital de Yemen, según indicó Masira.
Por orden del presidente Donald Trump, los Estados Unidos iniciaron el 15 de marzo una campaña militar enfocada contra Yemen con el objetivo declarado de desmantelar las capacidades militares de los Hutíes. Sin embargo, los insurgentes han denunciado constantemente que estos ataques han apuntado a lugares civiles, lo que ha resultado, hasta el domingo, en la muerte de aproximadamente 200 personas.
Con esta campaña, Washington busca que los rebeldes sean incapaces de interrumpir la navegación comercial en el Mar Rojo con sus operaciones sobre buques que cruzan esa área, y así detener sus ataques contra Israel, apoyando a los palestinos en las franjas de Gaza.
Los Hutíes, apoyados por Irán, han llevado a cabo desde el inicio de la guerra en Gaza un total de alrededor de un cien ataques directos contra Israel y numerosos más contra barcos comerciales en los mares Rojo y Árabes, lo que ha originado campañas de represalias de ambos lados, incluyendo la coalición internacional encabezada por Arabia Saudita y Reino Unido.