Here’s a revised version of the title with synonyms: «transitó entre los adinerados y conversó sobre su conexión con el alcohol.»

Óscar Córdoba ha generado un nuevo debate en el ámbito del fútbol colombiano. En una entrevista reciente para Sportcast, el exjugador de Millonarios y de la selección colombiana abordó un tema delicado pero relevante: el consumo de alcohol en la vida de un futbolista profesional.

En sus declaraciones, Córdoba afirmó: «La mejor bebida de mi vida fue la cerveza». Para él, esta bebida representa mucho más que una simple elección; simboliza la amistad, esos momentos de conexión genuina con otras personas y los espacios que permiten relajar la mente. «Salí de la escuela y tomé una cerveza. Fue allí donde la amistad se cultivó, nunca fue el brandy», compartió el exarquero, resaltando cómo estos momentos son parte integral de su vida y su formación social.

(Lea aquí también: «El diablo solo gana pequeñas batallas»: Cali Idol dejó un mensaje a América)

El comentarista deportivo no dudó en reconocer que muchos jugadores recurren al alcohol como una manera de escapar de la presión que respiran en su día a día. «Somos seres humanos. A veces uno necesita reiniciar. Y desafortunadamente eso le da alcohol. Especialmente cuando vives bajo tensión», mencionó. Sus palabras revelan una profundidad emocional que no siempre se asocia con la imagen del atleta en el terreno de juego, donde la fortaleza física suele eclipsar las luchas internas que enfrentan.

Córdoba también trazó una comparación interesante entre la vida del jugador y la de otros profesionales. «Aquí el jugador tiene que estar encerrado, concentrado. Pero por ahí se va a trabajar, juega y ahora», expresó, refiriéndose a las exigencias que enfrentan en su vida profesional. Esta observación resalta la desconexión que a veces existe entre la percepción pública de los futbolistas y la realidad de sus vidas y desafíos cotidianos.

El ex portero millonario dejó un espacio para el debate

Córdoba también compartió anécdotas de su experiencia en Türkiye, donde, según cuenta, mantuvo una relación amistosa con sus adversarios. «Con Faryd Mondragón me mantuve hasta el viernes. Salimos a comer, compartimos con los rivales del clásico. Todo lo normal», confesó, dejando claro que, más allá de las rivalidades en el campo, existen momentos de camaradería y conexión humana.

El exfutbolista ahora observa la vida desde una perspectiva distinta. Comentó que su retiro le ha permitido abrir su mente y reflexionar sobre su pasado. «Óscar hoy piensa de manera diferente. Ya no tengo la presión de la profesión. Ahora quiero aprender de todo», afirmó, evidenciando un crecimiento personal y una madurez que llega generalmente con la experiencia y la autoreflectión.

Para cerrar la conversación, Córdoba dejó una frase que captura su evolución: «El mejor elogio es cuando se le dice al maestro». Estas declaraciones no solo abren la puerta a un debate sobre las realidades de la vida de los jugadores de fútbol fuera del campo, sino que también invitan a una reflexión más profunda: Antes de ser ídolos, también son seres humanos, quienes, como todos, enfrentan sus propias luchas y celebran sus triunfos, recordando siempre sus raíces en el deporte que aman.

Eldeportivo.com.co

Compartir :