Considerando el equilibrio de fuerzas a lo largo del resto del frente de guerra en Ucrania, la ciudad de Pokrovsk, en la región ucraniana de Donetsk, que antes de 2022 contaba con 60.000 habitantes, y ahora, tras varios meses de intentos de asedio, sólo quedan poco más de mil, se ha convertido para Kiev en un símbolo de resistencia y, para Moscú, en la primera victoria que necesita desde la toma local de Bakú. 2023 o Avdiivka en febrero de 2024.
Según los datos disponibles, a pesar de las exageraciones y omisiones de cada bando, los combates se desarrollan prácticamente en todo Pokrovsk entre pequeños grupos de soldados rusos que realizan incursiones diarias y miembros de las fuerzas especiales ucranianas que han llegado como refuerzos en los últimos días. Los rusos han cambiado de táctica, cesando los anteriores ataques suicidas que causaron muchas víctimas, y los ucranianos se apegan a mantener una posición que ya no tiene sentido con sus mejores tropas, que podrían ser más útiles en otros lugares.
De momento, a pesar de que el jefe del Estado Mayor ruso Valery Guerasimov y el presidente Vladimir Putin lo dieron por hecho hace casi dos semanas, el posible asedio de Pokrovskoe se está endureciendo, pero no cerrando, ya que las tropas ucranianas controlan un sector de 3 a 4 kilómetros hasta Mirnograd, que en otras decenas vendieron su posible bloque a Mirnograd.
Pokrovsk se encuentra en una situación crítica, aunque sus defensores aún pueden retirarse a una mejor posición, una posibilidad táctica que algunos observadores consideran un retraso, mientras que otros la consideran inevitable.
Pokrovsk, reducido a ruinas, perdió hace mucho tiempo la importancia estratégica que alguna vez tuvo como centro logístico para las tropas frente a la primera línea de defensa escalonada. cinturón de poder que protege Kostiantynovka-Kramatorsk-Sloviansk, que representan aproximadamente el 30 por ciento del territorio de Donetsk que el ejército ruso aún no ha conquistado.
Lo más probable es que la pérdida de Pokrovsky, según los analistas, no signifique una derrota militar que obligue a Ucrania a capitular. Hoy en día, el gobierno ucraniano se enfrenta al eterno dilema de quienes se defienden en cada guerra: ¿conservar el territorio o sacrificar a los soldados? Lo sabremos pronto.




