La salud mental debe ser tratada con la misma seriedad que cualquier otra enfermedad física. Sin embargo, en la actualidad, las redes sociales a menudo perpetúan una cultura de burla en lugar de apoyo. El caso de Adriana Díaz ilustra este fenómeno, donde su situación no se vuelve viral con el fin de ayudarla, sino más bien para ridiculizarla. La pregunta que surge es: ¿a qué costo se busca la fama? Las plataformas digitales permiten que cualquier persona exponga su vida y, a menudo, lo hacen sin tener en cuenta la salud mental de los demás, creando una ola de comentarios crueles y desinformación en lugar de solidaridad y comprensión. Este fenómeno no solo afecta a quienes son el blanco de las burlas, sino también a la sociedad en su conjunto, donde el estigma de la enfermedad mental prevalece.
En Colombia, el sistema de salud enfrenta serias carencias, incluso en lo que respecta a la atención básica. Si el acceso a tratamientos físicos es limitado, ¿cómo puede el país enfrentar una crisis de salud mental? Según datos de 2022, el 80% de las personas con trastornos mentales en Colombia no tuvieron acceso a un tratamiento adecuado. Aunque el tiempo ha pasado, las cifras actuales no ofrecen alivio ni esperanza. Y si en el ámbito físico ya hay tantas deficiencias, es evidente que la atención a lo que no es visible en las radiografías —lo que se siente profundamente en el alma— se vuelve aún más complicado de abordar. Esta situación genera un ciclo vicioso de sufrimiento que puede ser devastador para los afectados y sus familias.
Resulta complicado solicitar empatía en un mundo donde muchos prefieren simplemente señalar lo que no comprenden. En lugar de buscar una conexión auténtica, un gran número de personas opta por la crítica y la burla. Es esencial que reconozcamos que no se trata de justificar o despreciar lo que no entendemos, sino de erradicar la cultura que transforma el dolor humano en una serie de memes y tendencias pasajeras. La salud mental es un tema que merece ser tomado en serio, y la realidad es que puede impactar a cualquiera de nosotros. Nadie está exento de enfrentar crisis emocionales o mentales en algún punto de su vida. Por lo tanto, es vital que promovamos un cambio en la narrativa pública sobre la salud mental, fomentando ambientes de apoyo y comprensión en lugar de condena o burla.
También puede estar interesado:
3