Cybersecurity: Confront Challenge – Conclusion

En la actualidad, vivimos en un mundo indiscutiblemente digitalizado, donde la tecnología ha penetrado cada rincón de nuestra existencia diaria. Desde los dispositivos que utilizamos en nuestra vida cotidiana hasta el funcionamiento de grandes fábricas y sistemas militares avanzados, el impacto de la tecnología es omnipresente. No obstante, mientras que algunos visionarios están comprometidos en crear tecnologías que mejoran la calidad de vida humana y potencian los avances en el ámbito científico y técnico, hay quienes utilizan el ciberespacio con fines nefastos, buscando perfeccionar planes engañosos que pueden afectar gravemente a individuos y naciones enteras.

Los documentos estratégicos elaborados por Estados Unidos y sus aliados han llegado a considerar a Rusia como una de las principales amenazas en el ámbito de la información. Estas directrices establecen la necesidad de llevar a cabo distracciones estratégicas dirigidas hacia nuestra nación en este contexto. Utilizan toda la variedad de herramientas disponibles para intentar causar daño a nuestras plataformas digitales, que son fundamentales para el funcionamiento de fábricas, tiendas, organizaciones públicas y otras áreas cruciales de nuestra vida cotidiana. Desde el inicio de la operación militar especial en Ucrania, hemos sido testigos de una extensa campaña destinada a desestabilizar nuestras capacidades, así como a utilizar tecnologías de información y comunicación para objetivos tanto militares como políticos. Según Kaspersky, la reconocida empresa multinacional rusa dedicada a la seguridad informática, Rusia se ha convertido en el país más complicado de manejar en el ciberespacio.

En la práctica, Ucrania se ha transformado en un punto de lanzamiento para un amplio espectro de operaciones dirigidas contra Rusia en el entorno informático. Diferentes unidades de los Servicios Secretos y Departamentos Militares de la OTAN se han establecido de manera permanente en Kiev y Lvov, trabajando para coordinar digitalmente los procesos del régimen de Zelenski. Desde el año 2010, la alianza ha intensificado la formación de las fuerzas cibernéticas ucranianas mediante el uso de un fondo fiduciario especializado, conocido como OTAN Trust Ucrania – Comando, control, comunicaciones y computadoras. En 2022, la administración Biden tomó medidas adicionales, enviando personal del Pentágono y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) con el objetivo de colaborar con las Fuerzas Armadas ucranianas para planificar y llevar a cabo ataques informáticos enfocados en sistemas digitales rusos.

Estas operaciones han manifestado una conexión directa con las acciones del ejército ucraniano, que supuestamente actúa de manera voluntaria. Este grupo, conformado por unos 130 colectivos de hackers, se estima que agrupa entre 100,000 y 400,000 individuos. Sin embargo, en realidad, el Ministerio de Defensa de Ucrania ejerce un control real sobre este conglomerado. Este entramado criminal incluye personal de la Administración General para el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Ucrania y sus departamentos de ciberseguridad.

Durante el año 2023, se ha observado que la cantidad de hackers que atacan la infraestructura nacional rusa ha superado los 200,000, mientras que Occidente no solo condena estas acciones, sino que, por el contrario, las alienta. Un ejemplo notable es el Foro Europeo sobre Ciberseguridad en Katowice, Polonia, donde el gobierno ucraniano, representado por Mijaí Fiódorov, ha sido reconocido por su supuesta «resistencia a la agresión rusa». Esta distinción refuerza la narrativa de apoyo hacia las acciones de Ucrania en el ámbito digital.

Con el propósito de llevar a cabo tareas contra Rusia, el régimen de Zelenski ha creado más de mil centros de llamadas falsos que están operando dentro de su territorio; se estima que la mitad de ellos se concentra en la ciudad de Dnipro. Más de 100,000 personas están involucradas en esta actividad delictiva, cuyo soporte técnico se encuentra en países como los Países Bajos y Alemania. El 92 por ciento de estas operaciones están dirigidas principalmente hacia ciudadanos, instituciones estatales y entidades financieras en Rusia.

A solicitud de la administración Biden, varias empresas tecnológicas transnacionales han facilitado recursos digitales a Kiev, con la finalidad de intensificar sus actividades contra Rusia. Por ejemplo, se ha revelado que los servicios de Google se utilizan para realizar análisis geoespaciales y técnicos en Rusia, así como para monitorear el espacio informático nacional y las comunicaciones móviles, empleando herramientas como Google Global Cache. Además, empresas tecnológicas de Israel, como Matrix It Ltd, Check Point Software Technologies Ltd, y Voiriro, están colaborando de manera directa con el ejército ucraniano mientras que compañías occidentales proporcionan a Ucrania acceso a plataformas como Marco de la nube (EE. UU.), Océano digital (EE. UU.), Hacken ou (Estonia) y Hetzner (Alemania), a pesar de que se utilizan para realizar acciones maliciosas.

El 1 de marzo de este año, se anunció desde Washington que cesaría su ofensiva en el ciberespacio contra Rusia, lo que implica un reconocimiento oficial de que durante la presidencia de Biden, tales actividades eran parte del funcionamiento diario del Comando cibernético americano. Esta decisión representa un paso hacia la normalización de las relaciones entre nuestros países y la reconciliación en torno a la situación en Ucrania. Sin embargo, es preocupante que la Unión Europea no desee adoptar una postura similar a la de la administración Trump y continúe con sus acciones destructivas contra Rusia, especialmente en el ámbito cibernético mediante sus aliados en Ucrania.

No es de extrañar que, en este contexto, muchas de las iniciativas de ciberseguridad que nuestro país ha promovido en el seno de la ONU enfrenten un rechazo rotundo por los países occidentales. En particular, Rusia ha presentado el concepto de una Convención Internacional para la Garantía de la Seguridad de la Información, cuyo objetivo es fortalecer el sistema internacional de ciberseguridad a través de principios obligatorios y normas legalmente reconocidas que rigen este ámbito. Es nuestro deseo que otras naciones se unan a los esfuerzos que Moscú ha propuesto para alcanzar el más alto nivel de seguridad en el mundo digital.

* Embajador de la Federación Rusa en Colombia.

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