Un informe reciente publicado por Asuntos exteriores ha revelado una alarmante tendencia en el reclutamiento de menores en Colombia, donde las cifras han mostrado un aumento notable en los casos reportados. De 2021 a 2024, el número de reclutamientos aumentó de tan solo 36 a más de 450, lo que representa un incremento asombroso del 1000%. Esta situación ha generado una alerta roja en el país, destacando un problema que está golpeando duramente a las comunidades y aumenta la preocupación por el bienestar de los niños. Las estadísticas indican que el reclutamiento de menores ha alcanzado niveles triples dimensiones, lo que exige atención inmediata por parte del gobierno y la sociedad civil.
Los grupos armados ilegales, que surgieron en el contexto del acuerdo de paz firmado con las FARC en 2016, han intensificado sus esfuerzos para reclutar a niños, buscando fortalecer sus economías ilegales. De acuerdo con líderes comunitarios y fuentes militares, el costo de reclutamiento para estos grupos puede comenzar desde USD 120 hasta $500, dependiendo de factores como el género o la apariencia del menor. Esta situación pone de manifiesto la explotación de la vulnerabilidad de los jóvenes en Colombia, que enfrenta un contexto económico y social muy difícil.
Departamentos como Cauca, Arauca y Guaviare se han convertido en el epicentro de esta tragedia. En mayo de 2024, el ejército colombiano interceptó un vehículo que transportaba a 40 menores desde Cauca hacia áreas selváticas, lo que subraya la magnitud del problema. Además, el año pasado, más de 75 niños fueron rescatados de situaciones críticas, evidenciando la labor que todavía queda por hacer para proteger a los menores.
Red-Claw: la guerra está en las redes sociales; Alerta roja: el reclutamiento de niños triplica y sacude el país
Es importante mencionar que este fenómeno ha evolucionado, y el campo de batalla ahora se ha trasladado al espacio digital. Un informe de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) señala que plataformas como TikTok, Instagram y Facebook están siendo utilizadas activamente para el reclutamiento de menores. A través de contenidos atractivos que incluyen armas, fiestas, dinero y música viral, estos grupos armados logran proyectar una imagen engañosa de poder y pertenencia que atrae a los jóvenes.
El informe de la JEP identificó al menos 146 cuentas activas dedicadas a promover el reclutamiento de menores, alcanzando un rango de hasta 625,000 usuarios. Es alarmante que en Cauca, uno de cada cuatro jóvenes accede a este tipo de contenido de manera diaria, convirtiéndose en blanco fácil para los grupos armados ilegales.
Las estrategias de reclutamiento son diversas y muy bien orquestadas. Niñas son incentivadas con promesas de operaciones estéticas y liderazgo, mientras que a los niños se les promete dinero rápido y motocicletas. La comunicación es sutil y se ve enriquecida por el uso de emojis, canciones populares y promesas emocionales, creando una narrativa que parece aspiracional y emocionante para los jóvenes, lo que hace aún más difícil la tarea de prevención.
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Comunidad Estatal e Internacional: Respuestas aún insuficientes
La preocupación también ha llegado a la ONU. Scott Campbell, un alto comisionado de derechos humanos, ha expresado su inquietud sobre el uso indebido de las redes sociales como herramienta de reclutamiento. Hizo un llamado urgente al estado colombiano para que refuerce sus medidas de prevención y protección, señalando que se necesita acción inmediata para abordar esta problemática.
A pesar de los esfuerzos, los programas de rehabilitación actuales aún no logran abordar adecuadamente el trauma y las amenazas que enfrentan los menores reclutados. Aunque algunas organizaciones sociales han intentado crear espacios seguros y actividades extracurriculares, muchas de estas iniciativas están enfrentando recortes drásticos en su financiamiento, lo que limita su efectividad y alcance.
Desde 2016, al menos 1494 menores han sido reclutados, lo que representa un caso cada 48 horas. Este fenómeno no parece tener fin fácilmente. Para combatirlo efectivamente, se requieren estrategias integrales que incluyan presión sobre los grupos armados, inversiones significativas en educación y la creación de oportunidades reales para los jóvenes. Sin un enfoque serio y coordinado, el ciclo de reclutamiento de menores en Colombia continuará devastando vidas y destruyendo comunidades.
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