El excanciller Álvaro Leyva reapareció públicamente este viernes con una acción inesperada: presentó una denuncia formal ante la Fiscalía de Estados Unidos en Washington, solicitando que se investigue el posible origen de versiones que, según él, buscan sembrar la idea de un supuesto golpe de Estado en Colombia. Leyva, alejado del cargo desde su suspensión por desacuerdos con el gobierno Petro, asegura que algunos sectores nacionales e internacionales estarían promoviendo una narrativa peligrosa para deslegitimar las instituciones democráticas colombianas. El exfuncionario expresó que estas versiones no solo son falsas, sino que podrían constituir un intento coordinado de intervención njera en los asuntos internos del país, lo que justificaría la intervención de autoridades judiciales estadounidenses, dada la posible participación de ciudadanos o intereses con sede en ese país.
Más allá de la denuncia, la reaparición de Leyva marca un giro significativo en el panorama político colombiano, pues lo posiciona como una voz independiente que, aunque crítica del actual gobierno, rechaza firmemente cualquier intento de desestabilización institucional. Su pronunciamiento también ha sido interpretado como un llamado a recuperar la sensatez política en medio del creciente clima de polarización. Analistas advierten que, aunque el contenido de su denuncia no ha sido divulgado en detalle, la acción podría tener repercusiones diplomáticas si se demuestra que actores internacionales están alimentando escenarios de crisis en Colombia. La movida de Leyva, entonces, no solo busca frenar rumores, sino abrir un nuevo frente de discusión sobre el papel de la comunidad internacional en los procesos internos de los países latinoamericanos.
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