En un esfuerzo por desarrollar una estrategia integral para combatir los asesinatos y presionar a la policía polaca vinculada a los colombianos, el Departamento de Policía Tolim, junto con su grupo especializado Gaula, ha logrado desarticular en las últimas horas una estructura criminal conocida como «nueva generación» mediante la implementación de la operación «Tsunami». Esta operación no solo representa un avance significativo en la lucha contra la delincuencia, sino que también pone de manifiesto la coordinación entre diferentes agencias policiales para enfrentar un problema tan grave como el crimen organizado.
La cinematografía operativa, es decir, el despliegue de tácticas policiales, se llevó a cabo simultáneamente en dos procedimientos de búsqueda y registro. Estos se realizaron en diversas localidades, incluyendo los distritos de Miramar de Ibagué, las victorias y el futuro de la comuna de El Espinal, así como en carreteras públicas localizadas en el distrito de Kalarku La Esperanza en Kalark, y en la parte central de Armenia. La elección de estos lugares no fue casualidad, ya que se considera que serían puntos clave en las operaciones de la estructurada criminal.
Durante la operación, se logró la captura de cinco individuos conocidos por los apodos «El Granduelo», «Ovidio», «Milena», «Esteban» y «Duván», quienes eran requeridos por su participación en diversos delitos. Estas detenciones son significativas, ya que estas personas han estado ceñidas a numerosos crímenes que han causado un gran impacto en la comunidad. En el transcurso del procedimiento, se confiscaron tres teléfonos móviles, los cuales están en proceso de análisis. Se espera que esta evidencia aporte información relevante para el esclarecimiento de los delitos.
La oficina del fiscal participó activamente en este operativo y logró la captura de 81 individuos especializados en delitos frente a Gaula. Tras un juicio virtual, el tribunal decidió imponer medidas de aseguramiento en prisión a los detenidos, quienes deben enfrentar un proceso judicial por sus acciones delictivas. Las acusaciones que los pesan son graves y son parte de un esfuerzo coordinado para desarticular esta red criminal.
Según las investigaciones detalladas, varios de los capturados serían presuntamente responsables de múltiples casos de extorsión, así como de dos asesinatos que ocurrieron el 30 de julio de 2024 en el distrito de San Pedro, y el 14 de noviembre de 2024 en el distrito de Santa Margarita María. Estos crímenes han sido investigados exhaustivamente y se están recopilando las evidencias necesarias para llevar a los culpables ante la justicia.
Además, algunos de los individuos detenidos están vinculados a más de ocho casos de extorsión dirigidos a comerciantes y residentes de la región. Estas extorsiones exigirían sumas que varían entre 15 y 30 millones de pesos, bajo la amenaza de violencia hacia sus víctimas o sus familias. Las tácticas de intimidación, incluyendo disparos a las fachadas de las casas de las víctimas, son un claro indicativo de la falta de respeto por la vida y la propiedad ajena.
Se estima que esta estructura criminal habría acumulado más de 50 millones de pesos debido a sus actividades ilegales. El liderazgo de la red no solo incluye a los recién capturados, sino también a otros como «gemelo» y «Trujillo», quienes actualmente se encuentran privados de libertad en un centro penitenciario en Boyacá. La colaboración interinstitucional es vital para erradicar estos grupos criminales, y la comunidad local está esperando resultados tangibles que aseguren su bienestar.
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