El Centro Democrático, partido uribista colombiano, ha definido finalmente una fecha límite para elegir a su candidato presidencial de cara a las elecciones de 2026, luego de una fuerte tensión interna y una petición de la senadora María Fernanda Cabal que fue rechazada por la dirección del partido.
Antecedentes y el choque interno
El conflicto se desató después de que la firma encuestadora AtlasIntel, que había sido contratada para realizar una encuesta interna para definir el aspirante, renunciara al proceso. Según la colectividad, esta salida se debió al “reputational risk” asociado a las disputas entre los precandidatos.
En ese contexto, Cabal solicitó formalmente que la elección de la candidatura se aplazara hasta marzo de 2026, el mes en el que, según ella, tendría sentido alinearse con la consulta interpartidista más amplia prevista para ese entonces. Además, su argumento estaba vinculado con la estrategia de oposición: en marzo se proyectaba una megaconsulta de fuerzas de derecha y centro para escoger un representante unitario contra la izquierda.
La decisión del partido
La dirección del Centro Democrático, liderada por su director Gabriel Vallejo, evaluó la propuesta de Cabal. Tras consultarlo con los demás aspirantes —María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín y Miguel Uribe Londoño—, se tomó la decisión de fijar como fecha límite para definir al candidato presidencial el 6 de febrero de 2026.
En su comunicado, el partido aclaró que este cambio responde tanto a las complejidades operativas tras la salida de AtlasIntel como a la necesidad de “reanudar el diálogo” entre los precandidatos. Para facilitar ese diálogo, anunciaron el nombramiento de “amigables componedores” que mediarán entre los aspirantes.
Además, el Centro Democrático indicó que, para definir a su candidato, podrá usar cualquiera de los mecanismos contemplados en sus estatutos —no necesariamente una encuesta—, lo que abre la puerta tanto a una decisión más colegiada como a una posible designación directa por parte de la cúpula del partido.
Tensiones ideológicas y de poder
La decisión de aplazar y flexibilizar el proceso no es casual: refleja fisuras profundas dentro del uribismo. Por un lado, Cabal ha sido una figura fuerte y polémica, y su petición de aplazamiento puede interpretarse como un intento de ganar tiempo para consolidar apoyos. Por otro lado, sectores más institucionales o moderados del partido podrían ver con recelo una candidatura demasiado polarizadora.
Algunos analistas incluso han planteado que el expresidente Álvaro Uribe Vélez podría influir directamente en la decisión final, especialmente si se recurre a un mecanismo más discrecional en vez de una encuesta pública.
Implicaciones para las elecciones de 2026
Con el nuevo plazo del 6 de febrero, el Centro Democrático hará coincidir su decisión final con el calendario electoral nacional, ya que ese es el máximo permitido para inscribir candidatos según las normas vigentes.
Este aplazamiento también puede tener una lectura estratégica: al demorar la definición, el partido da más tiempo para negociar alianzas con otras facciones de la derecha y podría presentar un candidato más competitivo para la consulta interpartidista programada para marzo de 2026.
Además, el llamado al diálogo y la mediación interna sugiere que los líderes del Centro Democrático buscan contener las fricciones antes de que escalen, especialmente si consideran que una división puede debilitar su fuerza de cara a la campaña presidencial.
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