Conexión de litio entre China y América del Sur
El «Triángulo de litio», que engloba Argentina, Chile y Bolivia, contiene entre el 60% y el 70% de las reservas de litio a nivel global. En los últimos años, la estrategia de recolección de recursos de China ha tomado un enfoque significativo en América del Sur, donde la inversión directa ha superado los 16 mil millones de dólares en proyectos de litio. China se ha posicionado como un importante inversor extranjero en los sectores de litio de Argentina y Chile a lo largo del 2023. Las empresas Tianqi Lithium y Ganfeng Lithium, entre otras compañías chinas, han logrado controlar casi el 40% de la producción mundial de litio gracias a sus operaciones estratégicas y colaboraciones en esta región. Este aumento en el dominio del litio está alineado con los objetivos del plan quinquenal de China (2021-2025), que incluye el litio como un recurso estratégico vital para la transición energética del país, así como la producción prevista de 21.2 millones de vehículos eléctricos para 2030.
Modelos de inversión chinos e impacto local
La llegada de empresas chinas dedicadas al litio a la región noroeste de Argentina (NOA) y a Antofagasta en Chile ha transformado radicalmente las dinámicas de las comunidades indígenas en esas zonas. Impulsadas por el interés chino en asegurar recursos naturales necesarios para sus transiciones tecnológicas y energéticas, estas inversiones han generado cambios significativos en las construcciones ambiental, social y territorial de la región. Por ejemplo, Ganfeng invertió 962 millones de dólares en el Proyecto Caucrai-Ooz en Argentina, una iniciativa que afecta a más de 400 comunidades indígenas. Este proyecto tiene un consumo de agua estimado en 8 millones de litros diarios, lo que ha exacerbado la escasez de agua en una región que ya enfrenta problemas críticos de acceso a este recurso vital. Simultáneamente, la participación de Tianqi, con una inversión de 4.1 mil millones de dólares en Chile, ha conllevado a la disminución de aguas en la Orden de Atacama, donde las comunidades locales informan de la sequía de pozos, lo que ha contribuido a una crisis en el acceso al agua.
Los líderes comunitarios, como el representante de la comunidad karen portuguesa San Pedro de Atacama, expresan sus preocupaciones por la desaparición del agua que antes era abundante, afirmando: «Las empresas chinas llegan con promesas de prosperidad, pero lo que vemos es que nuestra agua está desapareciendo. Sus inversiones también generan divisiones sociales, dado que inyectan grandes cantidades de dinero en áreas donde la población no está familiarizada con tales montos.»
Estrategia de la cadena de litio Lastium de China
El enfoque chino respecto al litio en América del Sur es parte de una estrategia más amplia acerca de la cadena de suministro. Para el 2024, se prevé que China controlará aproximadamente el 60% de la capacidad global de procesamiento de litio, el 77% de la producción de baterías, y será responsable del 56% de la producción mundial de vehículos eléctricos. Esta integración vertical permite a las empresas chinas asegurar el litio en su origen y mantener una posición dominante a lo largo de la cadena de valor. En febrero de 2025, el gigante chino de baterías CATL estableció un acuerdo histórico en Argentina para desarrollar un proyecto de ensalada muerta para el 2028, uniendo su experiencia tecnológica con una evaluación financiera del trabajo prioritario en minerales críticos.
En paralelo, el final de la primera exportación de litio desde Eramina, en la provincia de Salta, a China estará alineado con la creciente influencia de las empresas chinas como el principal destino del litio sudamericano. Además, se ha consolidado aún más su dominio a través de adquisiciones de empresas occidentales como la compra en 2024 de Zijin del 25% del proyecto Rincón de Rio Tinto en Salta, por un valor de 2.5 mil millones de dólares. La inversión total de China en la región de Salta para el 2024 se estima en 3.4 mil millones de dólares.
Transmisión tecnológica y cuidado ambiental
China se ha establecido como un proveedor clave de tecnología para la extracción de litio en América del Sur, centrándose especialmente en métodos de extracción directa de litio (DLE). Compañías como Ganfeng Lithium, debido a su control sobre 122,432 hectáreas de sal en Salta y Jujuy, promueven estas tecnologías como alternativas respetuosas con el medio ambiente en comparación con los métodos de evaporación tradicionales, afirmando que ofrecen un menor consumo de agua y ciclos de producción más eficientes. Sin embargo, un estudio reciente publicado en Naturaleza sugiere que, contrariamente a las afirmaciones, las tecnologías DLE pueden requerir más agua que los métodos convencionales. Asimismo, el estudio destaca las altas demandas energéticas que requieren las operaciones DLE, a menudo dependientes de combustibles fósiles en lugares remotos, lo que socava las credenciales ecológicas de la producción de baterías de litio.
La implementación de DLE en el proyecto Tres Cataracas de Zijin requiere cerca de 1.2 MW de energía por cada 1,000 toneladas de carbonato de litio, energía que, en gran parte, proviene de generadores diésel, aumentando las preocupaciones sobre el impacto ambiental de esta «tecnología verde». Ehsan Vahydi, profesor en la Universidad de Nevada, señala que es crítico evaluar si los métodos DLE realmente ofrecen beneficios ecológicos, dado que podrían estar contribuyendo a la huella de carbono de los vehículos eléctricos.
Marco político de China y respuesta indígena
En febrero del 2023, un grupo preocupado por los derechos humanos y la propiedad ambiental de las empresas chinas exigió mayor responsabilidad y transparencia en las operaciones mineras fuera de sus fronteras, subrayando los peligros que estas actividades representan para las comunidades locales y los ecosistemas. En este contexto, la creciente presencia de China podría ser percibida como un desafío para las comunidades indígenas Kolla en la región, quienes luchan por la preservación de su territorio. Como respuesta a estas presiones, se han fortalecido los movimientos antimineros con estrategias de defensa. «Kachi Yupi», un protocolo de consulta desarrollado por comunidades de la cuenca de Salinas Grande en la provincia de Jujuy, busca establecer estándares más altos para la consulta y los derechos ambientales.
Elvira Chávez, una joven comunicadora de estas comunidades, aclara: «No queremos ser la zona de sacrificio para los países más ricos. Sabemos que estas inversiones causarán contaminación y dañarán nuestros recursos hídricos. Para nosotros, esta tierra es más que un recurso económico; simplemente buscamos respeto».
Costos ecológicos y culturales
Los costos ambientales asociados con la extracción de litio impulsada por China son alarmantes. En una pequeña ensalada donde Ganfeng opera en conjunto con otra empresa, el consumo de agua combinado supera los 10 millones de litros diarios. Se estima que para cada kilogramo de litio extraído, se requieren aproximadamente 110 litros de agua, de los cuales el 90% se pierde debido a la evaporación o contaminación.
Estas prácticas representan una amenaza no solo para la seguridad hídrica sino también para la base ecológica y cultural de las comunidades indígenas. A medida que las operaciones mineras se expanden, áreas sagradas se vuelven inaccesibles y patrones migratorios tradicionales se interrumpen, poniendo en riesgo un delicado equilibrio ecológico en las montañas. Un activista indígena local durante una cumbre en El Morenou a finales de enero de 2024 enfatizó: «Para nosotros, la tierra no es solo un recurso. Ellos hablan de eficiencia y escala, desconectados de nuestra cosmovisión de los pachamama».
Con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060, que implica una gran necesidad de litio para el almacenamiento y la transmisión de energía, la presión sobre el Triángulo de Litio en América del Sur no hará más que intensificarse. Miguel, de San Antonio de Los Cobres, advierte: «El ritmo de las inversiones chinas supera nuestra capacidad para evaluar sus influencias. Necesitamos estudios independientes y comprensivos sobre los efectos acumulativos antes de aprobar más proyectos».
La lucha continua por la protección del territorio indígena en el Triángulo del Litio en América del Sur manifiesta la compleja interacción entre las ambiciones industriales de China, los objetivos climáticos globales y los derechos de los pueblos originarios. Mientras China sigue asegurando su acceso al litio, permanece la crucial pregunta de si esto es sostenible sin sacrificar la integridad ecológica y cultural de una de las regiones más vulnerables de América del Sur.
11.04.2025