A partir del 2 de mayo de 2025, Colombia tomará una medida drástica: dejará de importar vehículos y piezas de automóviles que han sido producidos acorde a los estándares de los Estados Unidos. Esta decisión, respaldada por una resolución emanada del Ministerio de Transporte colombiano, exige que todos los vehículos importados cuenten con certificados que provengan de la Unión Europea. Esta nueva política se da en un contexto donde los protocolos estadounidenses, regulados por el Acuerdo de Libre Comercio (TLC), quedan excluidos, lo que implica que desde el 2 de mayo, Colombia comenzará a bloquear la entrada de automóviles estadounidenses en su territorio.
La decisión ha ocasionado incomodidad en las instancias diplomáticas de Washington. El embajador de los Estados Unidos en Colombia, John McNamara, expresó su preocupación sobre cómo esta situación podría poner en peligro miles de empleos y miles de millones de dólares en comercio bilateral entre ambas naciones. Además, McNamara advirtió que tal decisión puede complicar significativamente las relaciones diplomáticas que han sido forjadas entre los dos países durante años.
¿Cómo se gestó este conflicto? El origen se remonta a la administración de Iván Duque
Los orígenes de este conflicto se pueden rastrear hasta el gobierno del expresidente Iván Duque. Durante su administración, se implementaron cambios significativos en las políticas de importación de vehículos. Se eliminó lo que se denominaba «primera parte de la certificación de rendimiento», al tiempo que se introdujo la exigencia del «tercer certificado de cumplimiento». Esta reconfiguración de las normativas prácticamente excluye a los vehículos que solo cumplen con las regulaciones estadounidenses, puesto que el gobierno de Estados Unidos no emite estos certificados que ahora son requeridos por Colombia.
Desde la perspectiva estadounidense, estas nuevas regulaciones parecen ser un acto discriminatorio y arbitrario. McNamara enfatizó que, “No tenemos nada en contra de Europa, pero somos estadounidenses, no europeos”, subrayando así la discrepancia en las normativas que cámara del trato equitativo y razonable.
En este contexto, Andrés Chaves, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (WALK), ha solicitado un periodo de transición de al menos 16 meses para mitigar el impacto que esta regulación podría tener en el sector automotriz colombiano, el cual ya está enfrentando múltiples desafíos.
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Marcas como Chevrolet y Ford se encuentran entre las más perjudicadas; Colombia comenzará a bloquear la entrada de automóviles estadounidenses a partir del 2 de mayo
Este nuevo regulador tendrá un impacto particularmente duro en marcas como Chevrolet y Ford, que han tenido una presencia significativa en el mercado colombiano. Chevrolet, por ejemplo, ocupa el quinto lugar en ventas, con más de 4,300 unidades vendidas entre enero y marzo de 2025. Por su parte, Ford también ha hecho su parte en el mercado al vender más de 1,500 vehículos en el mismo período, destacándose en la oferta de modelos híbridos y eléctricos.
Además, se estima que la importación de automóviles de Estados Unidos representa cerca de USD 800 millones al año. Según Fenalco, si la prohibición es aplicada estrictamente, tendría un efecto devastador en hasta el 40 % del mercado automotriz colombiano, lo cual plantea serias interrogantes sobre el futuro de este sector vital para la economía del país.
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