El trabajo por cuenta propia revela una fragilidad laboral – El informante

Colombia cerró mayo con una tasa de desempleo del 9%, una caída frente al 10,3% registrado en el mismo mes de 2024. Aunque esta cifra significa la creación de 597.000 nuevos empleos y un aumento en la tasa de ocupación al 58,2%, la calidad de estos empleos genera preocupación. Una gran parte corresponde a trabajadores por cuenta propia, muchos sin acceso a salud, pensión o riesgos laborales.

Más empleo informal: el verdadero rostro del crecimiento

Según el DANE, más de 200.000 nuevos empleos generados en el último año fueron informales. En total, de los 23,58 millones de ocupados, solo 9,94 millones cotizan a pensión y 10,8 millones aportan al sistema de salud. Es decir, más de la mitad no cuenta con cobertura social, lo que amenaza la sostenibilidad del sistema y la equidad laboral.

Expertos advierten una recuperación frágil

Juan Carlos Guataquí, economista laboral, señala que ocho de cada diez nuevos empleos son por cuenta propia, y más del 70% de estos son informales. Critica la falta de atención en las reformas laboral y pensional, que no incluyen estrategias concretas para formalizar el autoempleo o brindar seguridad social a estos trabajadores.

Por su parte, Juliana Morad, directora del Observatorio de Derecho Laboral de la Javeriana, insiste en que el autoempleo puede ser positivo en ciertos casos, pero si domina la recuperación del empleo sin estabilidad ni protección, es una señal de alarma. También cuestiona los contratos por prestación de servicios en el sector público, que pueden camuflar informalidad.

¿Autoempleo o precariedad?

Stefano Farné, del Externado, señala que aunque hubo un aumento en el trabajo por cuenta propia formal, el 84% sigue siendo informal. Reconoce que algunas personas optan por este esquema para tener flexibilidad, pero si es la única opción ante la falta de empleos formales, la situación es preocupante.

Impacto fiscal y social

La abogada Alejandra Soler advierte que esta informalidad genera presión sobre el gasto público, ya que el Estado debe cubrir pensiones subsidiadas, salud y programas asistenciales para quienes no están protegidos. “El autoempleo sin aportes refleja desigualdad estructural y un sistema que no garantiza derechos laborales básicos”, concluye.

Una aparente recuperación que puede ser una trampa

Pese a la disminución del desempleo, el número de personas fuera de la fuerza laboral subió a 14,6 millones, muchas de ellas sin condiciones adecuadas para integrarse al trabajo. Mientras Colombia genera empleo, no garantiza estabilidad ni protección social, lo que plantea un serio reto estructural para su economía y su futuro laboral.

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