El Ejército de Liberación Nacional (ELN) confirmó este martes el secuestro de dos policías de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), ocurrido en la vía entre Tame y Arauca. Los uniformados Franque Esley Hoyos Murcia y Yordyn Fabián Pérez Mendoza permanecen retenidos desde el domingo 20 de julio. ELN confirma secuestro de dos policías en Arauca: «Están bajo nuestro control».
El Frente de Guerra Oriental del ELN aseguró en un comunicado que interceptó a los policías durante una “acción de control territorial”. La guerrilla afirmó que los agentes cumplían labores de inteligencia y espionaje en la región. A ambos les incautaron armas, un computador y supuestos elementos relacionados con disidencias de las Farc.
“Los agentes están sanos y salvos bajo nuestro control. Responsabilizamos a la Fuerza Pública por lo que les pueda ocurrir en caso de cualquier intento de rescate”, advirtió el grupo armado ilegal.
La ruta del secuestro: ¿qué pasó con los policías?
La cronología revela que los policías salieron desde Yopal, Casanare, rumbo a Arauca. A las 8:30 a. m. partieron a bordo de una camioneta oficial blanca. A las 10:30 a. m. llegaron a Tame para abastecerse de combustible. Luego, hablaron con un funcionario de inteligencia para verificar el estado de la vía.
El último reporte los ubica a la 1:00 p. m. pasando por el punto de control de Caño Verde. Una camioneta gris los seguía. Nunca llegaron al puesto de control de Caricare–Panamá. Horas después, un rastreo satelital detectó el celular del subintendente en el caserío La Orqueta.
Desde entonces, no se sabe con certeza dónde están. La Defensoría del Pueblo pidió respeto por su vida e integridad, y ofreció su mediación para facilitar su liberación.
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Padres claman por su libertad: “Estaban en misión, no de paseo”
Humberto Pérez, padre del patrullero Yordyn Fabián Pérez, relató que los policías salieron de Bogotá el sábado y pasaron la noche en su casa. El domingo en la mañana retomaron su ruta hacia Arauca. “Mi hijo y su compañero estaban en una misión de trabajo, no de permiso”, aclaró.
El padre denunció falta de información oficial sobre el paradero de los agentes. Aseguró que fue una vendedora informal en Arauca quien le alertó sobre su ausencia. “No llegaron. El celular se apagó. Desde ahí empezó nuestra angustia”, afirmó.
El mensaje de la familia es claro: quieren a sus hijos de vuelta. “Pido que les respeten la vida. Mi hijo tiene una hija de seis años que no merece crecer sin su padre. Esta guerra no tiene sentido”, suplicó el padre del uniformado.
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