ELN impone toque de queda en 27 zonas del sur del Cauca y Arauca El informante


El Frente Manuel Vásquez Castaño del ELN anunció un toque de queda en diez municipios del sur del Cauca. La restricción rige entre las 7:00 p. m. y las 6:00 a. m. La orden busca frenar el avance de disidencias de las Farc en el Macizo Colombiano. ELN impone toque de queda en 27 zonas del sur del Cauca y Arauca.

En un panfleto difundido en redes sociales y en la región, el grupo acusó a “estructuras narcoparamilitares” de intentar replicar el control territorial de El Plateado. Señaló a estas bandas de atacar las fiestas patronales de La Vega el pasado 10 de agosto usando emblemas del ELN para desviar la responsabilidad.

Masacre y miedo en comunidades rurales

Campesinos e indígenas interpretan el toque de queda como un intento del ELN por no perder dominio. La tensión crece por la disputa con insurgentes al mando de alias Iván Mordisco. Solo se autorizan desplazamientos excepcionales.

Disputas entre las Disidencias de las Farc y ELN afectan la vida diaria de Arauca y Cauca.

La noche del 11 de agosto, tres campesinos fueron asesinados en La Carbonera, zona rural de La Vega. Las víctimas fueron identificadas como Benjamín Narváez, Francisco Narváez y Joaquín Cajas. Líderes sociales denunciaron que hombres armados llegaron a sus casas y los mataron.

Arauca también vive bajo restricciones

El Frente de Guerra Oriental del ELN impuso un toque de queda en 17 veredas de Tame y Puerto Rondón, Arauca. La medida rige desde el 12 de agosto entre las 7:00 p. m. y las 5:00 a. m. El grupo la justifica por combates con disidencias de las Farc al mando de “Antonio Medina” y “Pescado”.

Comunicado del ELN sobre restricciones de movilidad en Arauca.

La orden permite movilidad solo por emergencias médicas. Los insurgentes advierten a los líderes comunales y pobladores que no colaboren con sus rivales. Las comunidades temen represalias y piden protección del Estado ante la creciente crisis humanitaria.

La población vive días de tensión y miedo por el control armado en la región. Las familias se encierran temprano para evitar riesgos y las calles quedan vacías al anochecer. Líderes comunitarios exigen presencia inmediata del Estado y garantías para la movilidad. Temen que, si no se actúa pronto, la violencia se expanda a otros municipios y provoque nuevos desplazamientos masivos.

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