Emergencia en Barranquilla: intoxicación masiva por licor artesanal deja 11 muertos y decenas afectados El informante


Una oleada trágica sacude a Barranquilla después de que al menos 11 personas murieran y decenas resultaran gravemente afectadas al consumir una bebida artesanal conocida localmente como “cococho”, presuntamente adulterada con metanol (alcohol de madera). El episodio ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias, policiales y judiciales, que activaron operativos para rastrear la procedencia del licor y contener más daños.

Cronología de los hechos

  • La emergencia empezó la madrugada del martes 23 de septiembre en el sector del mercado tradicional de Barranquilla, en el barrio conocido como El Boliche. Fue allí donde se registró el primer ingreso al Hospital General de Barranquilla: Nicolás Manuel Medrano Martínez, de 47 años, quien ya sería identificado como fabricante y distribuidor del licor ilegal.
  • Aquel hombre llegó hacia las 4:30 a.m. con síntomas graves y falleció en menos de una hora tras su ingreso.
  • Luego del primer deceso, más víctimas comenzaron a aparecer en distintos puntos de la ciudad: en una banca del barrio Universal, residencias en San Roque, zonas cercanas al mercado de Barranquillita, entre otros lugares dispersos.
  • En total, hasta el más reciente reporte, 11 personas han fallecido por esta intoxicación masiva.
  • Además, hay 25 casos confirmados asociados al evento tóxico: 10 personas se encuentran en unidades de cuidados intensivos (UCI), 3 bajo observación, y uno ya fue dado de alta.
  • Las víctimas incluyen habitantes de la calle, vendedores ambulantes, carretilleros y personas de bajos recursos. Muchos de ellos adquirieron el “cococho” en botellas plásticas sin etiqueta, a precios entre 2.000 y 10.000 pesos colombianos, lo que lo hacía accesible incluso para quienes viven en condiciones precarias.

Qué es el “cococho” y por qué es mortal

El “cococho” es un licor artesanal clandestino que ha sido noticia en varias ocasiones en la costa caribe colombiana. Lo que lo hace particularmente peligroso es su probable adulteración con metanol (alcohol de madera), una sustancia altamente tóxica para el organismo humano.

El metanol —también llamado alcohol metílico— no está destinado para consumo humano. En ingerirse incluso en dosis pequeñas, puede provocar síntomas como:

  • dolor abdominal intenso
  • mareo
  • alteración del estado de conciencia
  • vómitos
  • dificultad respiratoria
  • fallo multiorgánico
  • muerte, si no se atiende médicamente con rapidez

Varios casos reportaron que las personas fueron halladas “con espuma en la boca”, “dobladas del dolor” o “confundidas” antes de su muerte.

Uno de los mayores riesgos del metanol es que su metabolismo genera formaldehído y ácido fórmico en el organismo, compuestos tóxicos que atacan el sistema nervioso central, los ojos (provocando ceguera) y el aparato respiratorio. Si no se brinda tratamiento urgente (administración de etanol como antídoto, corrección de desequilibrios metabólicos, soporte vital), las consecuencias pueden ser fatales.

Investigaciones, hallazgos y responsabilidades

  • La Policía Metropolitana de Barranquilla, bajo el mando del general Edwin Urrego, inició una serie de allanamientos en los barrios Rebolo y Las Nieves, donde incautaron 284 botellas de licor, tapas, estampillas, dosificadores y recipientes con licor sospechoso.
  • En las diligencias, se determinó que el lugar usado para la elaboración funcionaba como vivienda improvisada, sin permisos sanitarios, en condiciones de salubridad deplorables.
  • Un dato revelador: el predio donde se fabricaba ese licor estaría bajo propiedad de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), según denuncias que asocian el inmueble al mercado ilegal del “cococho”.
  • Cada muerte está siendo investigada por la Fiscalía General de la Nación. Las diligencias incluyen análisis toxicológicos, toma de muestras del licor incautado y entrevistas a testigos, distribuidores y víctimas sobrevivientes.
  • Las autoridades distritales y municipales han instalado un Puesto de Mando Unificado (PMU) por 72 horas —y posiblemente más tiempo— para coordinar la atención sanitaria, intervención policial y retirada del licor peligroso.

Repercusiones sociales, económicas y dilemas planteados

Este episodio revive una problemática antigua en la región caribe colombiana y en muchas ciudades del país: la venta y consumo de licores artesanales adulterados, especialmente entre poblaciones vulnerables.

  • La demanda de alcohol barato impulsa la producción clandestina. Muchos consumidores prefieren bebidas extremadamente baratas aunque con mayores riesgos de adulteración.
  • La tragedia también evidencia la fragilidad de los controles sanitarios, la ausencia de vigilancia estatal en ciertas zonas y la dificultad para llegar a estratos poblacionales marginados.
  • Familias de las víctimas han exigido explicaciones: madres piden que se esclarezca qué ocurrió y justicia para sus seres queridos.
  • Expertos en salud pública advierten que estos eventos no son hechos aislados: entre enero de 2019 y noviembre de 2024, la Policía colombiana incautó más de 560.000 botellas de licor ilegal —falsificado, adulterado o de contrabando— en todo el país.
  • En la ciudad costera, la memoria no olvida: en 1989, otra intoxicación masiva en el entorno del mercado provocó 21 muertos. En 2004, durante el Día de la Madre, 12 personas fallecieron tras ingerir “cococho”.

Lo que sigue

  • Las autoridades sanitarias han advertido a la población que no consuma bebidas alcohólicas de procedencia desconocida, especialmente aquellas que se venden en botellas plásticas sin etiquetas ni controles aparentes.
  • Se espera que los resultados de los análisis toxicológicos (líquido incautado y muestras biológicas de víctimas) confirmen la presencia de metanol u otras sustancias tóxicas.
  • La Fiscalía debe identificar claramente a los responsables de la elaboración, distribución y comercialización del producto adulterado y definir sanciones penalmente viables.
  • En el frente sanitario, los hospitales han activado protocolos de atención de intoxicados, reforzado emergencias y vigilancia en unidades críticas.
  • Desde el ámbito social, organizaciones comunitarias, académicas y de salud pueden impulsar campañas de prevención y sensibilización en zonas vulnerables para evitar futuras tragedias.

21


Compartir :