El baloncesto profesional colombiano vuelve a las canchas tras varios meses de pausa, pero lo hace en medio de un panorama complejo. Problemas financieros, falta de patrocinio y la ausencia de figuras emblemáticas amenazan con opacar el inicio de la temporada 2025. Pese a ello, los organizadores y equipos aseguran que el torneo seguirá adelante, apostando por el talento joven y el compromiso de las regiones donde este deporte mantiene viva su pasión. En ciudades como Medellín, Cali y Barranquilla, las ligas locales se preparan para recibir a sus fanáticos con el entusiasmo que caracteriza al deporte de la pelota naranja.
La Federación Colombiana de Baloncesto reconoció que atraviesa una etapa de reestructuración profunda, orientada a recuperar la estabilidad económica y fortalecer los procesos formativos. En esta nueva edición, algunos clubes emblemáticos no podrán participar por dificultades administrativas, mientras otros debutarán con nóminas renovadas. El presidente de la Federación destacó que, a pesar de las dificultades, el objetivo es “mantener viva la competencia y ofrecer una plataforma real de crecimiento a los deportistas nacionales”.
Jugadores, entrenadores y aficionados coinciden en que el regreso del torneo representa una oportunidad para reconstruir la confianza en el baloncesto colombiano y visibilizar el talento que existe en las regiones. Aunque las ausencias pesan y los recursos son limitados, el espíritu deportivo sigue intacto. Los analistas aseguran que, si logra superar esta crisis, el baloncesto nacional podría renacer más fuerte y consolidarse como una alternativa real dentro del panorama deportivo del país, donde el fútbol ha monopolizado históricamente la atención.
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