Exploración de petróleo en Colombia, al borde del precipicio: ¿qué tan firme es el crecimiento proyectado? El informante

En 2025, Colombia espera un incremento en la inversión del sector de hidrocarburos, particularmente en exploración y producción de petróleo y gas, pero este crecimiento viene acompañado de retos estructurales que podrían afectar la sustentabilidad energética del país a mediano plazo.


Cifras clave proyectadas

  • Según la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), la inversión total en exploración y producción para 2025 se estima en US$ 4.680 millones, lo que representa un aumento del 8 % frente al año previo.
  • De este total, US$ 740 millones se destinarán a exploración y US$ 3.940 millones a producción para mantener los niveles de cción actuales.
  • El volumen de producción de petróleo se proyecta entre 760.000 y 770.000 barriles diarios, casi igual al nivel de 2024 que fue de alrededor de 772.000 barriles diarios.
  • En contraste, para el gas natural se espera una caída en la producción: de 959 millones de pies cúbicos diarios en 2024 baja a 905 millones en 2025.

Retos y señales de alerta

Aunque hay un aumento general en la inversión, los desafíos no son menores:

  1. Caída en la exploración
    • La inversión específica en exploración para 2025 experimentaría una reducción comparativa; algunos reportes señalan que esta cifra estaría en su nivel más bajo de los últimos cuatro años.
    • Hay pocos nuevos contratos exploratorios. Entre 20262030 se proyectan alrededor de 70 pozos exploratorios comprometidos por contrato. Si no se firman nuevos contratos, la actividad podría decaer aún más.
  2. Agotamiento natural de los campos
    • Producir la misma cantidad de petróleo exige mayor inversión debido a que los yacimientos viejos tienen menores rendimientos.
  3. Disminución de reservas
    • Las reservas probadas de gas han caído aproximadamente un 57 % en la última década.
    • Las reservas de petróleo también muestran signos de no aumentar significativamente; Colombia terminó 2024 con 2.035 millones de barriles probados, equivalentes a unos 7,2 años de producción al ritmo actual.
  4. Factores externos que limitan el crecimiento
    • Consultas sociales: procesos de consulta previa con comunidades, que pueden atrasar o detener proyectos.
    • Demoras en licencias ambientales y barreras regulatorias.
    • Atentados o inseguridad hacia infraestructuras petroleras, que aumentan el riesgo operativo.
  5. Política energética y transición
    • El gobierno del presidente Gustavo Petro impulsa políticas orientadas a reducir la dependencia de combustibles fósiles, favoreciendo energías limpias como solar y eólica. Esta transición agrega presión al sector hidrocarburos para demostrar eficiencia, responsabilidad ambiental y aporte real en términos fiscales.

Implicaciones nacionales

  • Seguridad energética: La caída en la producción de gas y la baja exploración podrían amenazar la autosuficiencia energética, con posibles incrementos en importaciones futuras.
  • Finanzas públicas: Los ingresos por regalías, impuestos y exportaciones podrían disminuir si no se reponen reservas ni se mantienen los niveles actuales de producción.
  • Inversión njera y percepción de riesgo: La incertidumbre regulatoria, los conflictos sociales e inseguridad jurídica pueden desalentar inversionistas nacionales e internacionales.
  • Meta de transición energética: El país podría enfrentar dificultades para cumplir sus compromisos climáticos si la cción y uso de fósiles no se manejan con reglas claras, inversión limpia y mitigación de impactos ambientales.

Conclusión

Aunque las proyecciones oficiales señalan que la inversión total en exploración y producción de hidrocarburos crecerá en 2025, el panorama pleno no es tan optimista si se analiza la capacidad exploratoria real, las reservas de gas, los retos operativos y ambientales, y las señales de alarma que apuntan a una posible crisis energética futura si no se toman medidas correctivas. Para mantener los niveles de producción actuales y garantizar el suministro energético, Colombia necesitará no solo invertir más, sino mejorar el clima de inversiones, agilizar licencias, reforzar seguridad y asegurar una política energética equilibrada entre producción fósil y transición hacia energías limpias.

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