Pasto, en modo volcán. No es el Galeras el que tiembla, sino el alma del Carnaval de Negros y Blancos, que esta vez no ruge con tambores, sino con protestas. La decisión de Corpo Carnaval de reducir el número de carrozas grandes en el desfile magno ha desatado una tormenta más intensa que lluvia de espuma en pleno 6 de enero. ¡De 20 gigantes, a solo 12 rodarán en 2026! Y la gente… enloqueció.
La medida —anunciada con tono técnico pero recibida como un insulto al corazón de la fiesta— ha encendido los ánimos de artesanos, cultores y amantes del color. Los pasillos de Pasto murmuran lo impensable: ¿Un Carnaval con menos carrozas? ¿Menos magia, menos arte, menos locura creativa? Desde su oficina custodiada por máscaras multicolores y documentos reglamentarios, el gerente de Corpo Carnaval, Andrés Jaramillo, habló con este medio con la firmeza de un juez del Olimpo:
“Cinco propuestas no cumplieron el reglamento. Y el reglamento, no lo olviden, lo escribieron los propios artesanos”.
¡Bum! Palabras que cayeron como bomba de anilina en la Plaza del Carnaval. Porque entre los excluidos está nada menos que Leonard Zarama, maestro indiscutible, escultor de sueños rodantes, y múltiple ganador del oro carnavalesco. ¡Los dioses del Carnaval lloran escarcha! Sin embargo, Jaramillo lanzó un confeti de esperanza: las carrozas pequeñas sí aumentarán. Pero para muchos, eso es como cambiar fuegos artificiales por linternas. “Una carroza pequeña jamás podrá reemplazar la presencia imponente de un titán andante”, dijo un artesano visiblemente molesto, mientras tallaba lo que podría ser su última obra en la categoría mayor.
La situación ya escaló hasta la cumbre del poder local. En el escritorio del alcalde Nicolás Toro Muñoz reposa una petición ciudadana que clama por justicia artística y por el regreso de las carrozas ausentes. ¿Escuchará el alcalde la voz de su pueblo? ¿Intervendrán los espíritus del Carnaval? Por ahora, la tensión sube más rápido que un zanco en desfile. Y mientras algunos ya organizan plantones disfrazados, otros convocan a una gran marcha de máscaras tristes en honor a los maestros excluidos. El Carnaval 2026 promete ser inolvidable… pero no precisamente por las razones esperadas. ¿Será este el año en que las carrozas hagan huelga? ¿Veremos un desfile de protesta con estructuras fantasma?
La cuenta regresiva ha comenzado, y Pasto baila, sí… pero sobre una cuerda floja entre la norma y la tradición.
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