
En una reciente decisión, el presidente Gustavo Petro ha optado por no extender la suspensión de las hostilidades con los disidentes de FARC que están bajo el mando del conocido líder «Calarcá». Esta suspensión había estado en vigor desde el 15 de abril, lo que ahora conlleva el reinicio de operaciones tanto militares como policiales en diversas regiones del país. Así pone fin a un período de cese al fuego con estos disidentes que operan bajo el nombre de «Calarcá».
Este grupo armado había sido incluido en los contratos del proceso de «paz total»; sin embargo, su reciente incursión en actos violentos llevó al gobierno a reconsiderar la posibilidad de una tregua. A pesar de que la suspensión de las hostilidades ha sido disuelta, la administración de Petro se mantiene abierta al diálogo, buscando canales de comunicación que permitan la paz sostenible.
Las disidencias pierden su estatus especial, pero los portavoces aún están protegidos
Con la implementación de esta decisión, los miembros que formaban parte del mecanismo de monitoreo y verificación ya no disfrutan de las garantías legales que tenían, lo que significa que se activarán nuevamente las órdenes de arresto en su contra. No obstante, el gobierno ha otorgado a los portavoces reconocidos del grupo la posibilidad de seguir adelante con el proceso de negociaciones, según informan medios especializados.
Ambas partes llegaron a un acuerdo para un periodo de 72 horas, durante el cual se retirarán para salvaguardar la seguridad, conforme a lo estipulado en el protocolo que fue firmado previamente.
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La sala total sigue en pie, a pesar de los eventos violentos; Fin de dejar de disparar con disidentes «kalark»
El Alto Comisionado de Paz enfatizó que, a pesar de lo ocurrido, las negociaciones políticas permanecen vigentes. Este funcionario destacó que la decisión fue tomada para salvaguardar a los civiles, quienes han sufrido los embates de los ataques y las desplazamientos forzados que se han visto en el contexto de las acciones de este grupo armado.
Aunque la etapa de cese al fuego ha llegado a su fin, el proceso de paz con este grupo insurgente continúa su curso. El gobierno está en la búsqueda de demostrar que no tolerará más violaciones y que sostiene su compromiso con una solución negociada al conflicto. Es un momento crucial para la política de la «paz total» que propaga el gobierno de Petro.
A pesar de que el acuerdo de parar el fuego con los disidentes de «Calarcá» ha concluido, el Director Ejecutivo reafirma que la puerta para el diálogo sigue abierta. La reactivación de las operaciones militares tiene como propósito fundamental proteger a las comunidades más vulnerables y enviar un mensaje claro a todos los involucrados: no habrá tregua para los grupos armados que continúan realizando actividades delictivas durante el proceso de negociación.
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