Gustavo Petro responde a la izquierda y asume responsabilidad por la muerte de niños en Guaviare El informante

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha salido al paso de las críticas que le ha hecho un sector de la izquierda tras el bombardeo militar realizado en Guaviare, en el que murieron siete menores, que, según las autoridades, estaban reclutados por disidencias de las FARC bajo el mando de alias Iván Mordisco. Petro defendió la operación, aseguró que no se violó el principio de distinción y calificó las reproches como “críticas infundadas”.

Contexto del bombardeo

El bombardeo tuvo lugar el 10 de noviembre de 2025 en una zona selvática del departamento de Guaviare, tras una operación militar ordenada por Petro contra estructuras disidentes de las FARC. Según confirmó la Defensoría del Pueblo y Medicina Legal, entre los fallecidos hay al menos siete menores de edad, todos identificados como adolescentes. Además, las Fuerzas Militares reportaron encontrarlos en un campamento donde habría reclutamiento forzado.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, también ha defendido la operación, afirmando que era “inminente y severa la amenaza” y que los bombardeos se llevaron a cabo con “riguroso apego” al Derecho Internacional Humanitario (DIH), aplicando los principios de precaución, proporcionalidad, necesidad militar, humanidad y distinción.

Tras la operación aérea, hubo una fase terrestre en la que, según el reporte de las Fuerzas Armadas, se “rescató” a tres menores sobrevivientes que estaban bajo control de la disidencia.

Respuesta de Petro a las críticas de la izquierda

Petro ha señalado directamente a sus críticos de izquierda, quienes han condenado la muerte de menores, diciendo que esas críticas provienen “incluso desde su propio campo político” y calificó los señalamientos como “infundados”. Por ejemplo, el senador Iván Cepeda, del Pacto Histórico, —espacio aliado al presidente— publicó un trino en el que rechazó el bombardeo y lamentó la pérdida de los siete jóvenes.

El presidente defendió que la operación era necesaria para evitar una emboscada: según su versión, unos 150 combatientes de Mordisco se dirigían a emboscar a un grupo de unos 20 soldados jóvenes, y él decidió actuar para proteger la vida de esos militares. Petro admitió que fue una decisión “a riesgo”: “Tomé, a riesgo, la decisión de salvarles la vida”, dijo en su cuenta de X (antes Twitter).

Sobre la acusación de que su gobierno rompió el principio de distinción (es decir, la separación entre combatientes y civiles), Petro rechazó esa idea de plano: afirmó que en la zona bombardeada “no había civiles”: era un área controlada por la disidencia, por lo que, en su juicio, no se podía romper distinción alguna.

Además, el mandatario lamentó la muerte de menores: “Claro que es lamentable toda muerte de personas y más de menores de edad”, reconoció. También asumió la responsabilidad política por la operación, asegurando que él fue quien decidió y que el riesgo era parte de su rol como jefe de Estado.

Críticas desde organismos de derechos humanos

La Defensoría del Pueblo, en voz de su titular, Iris Marín, ha sido especialmente crítica. Marín sostuvo que, aunque los menores podían estar reclutados por la disidencia, deberían seguir teniendo una protección reforzada bajo el DIH, y que las fuerzas militares deben adoptar “todas las precauciones factibles” para minimizar los daños y evitar ataques desproporcionados.

Desde el Congreso, ya se han anunciado posibles consecuencias políticas: algunos parlamentarios han pedido una moción de censura contra el ministro de Defensa, mientras que la Procuraduría investiga si hubo faltas disciplinarias en la operación.

Debate político

El episodio ha generado un fuerte debate sobre la coherencia de Petro. Varios analistas y opositores recuerdan que en el pasado él ya criticó bombardeos similares, incluso cuando estaban a cargo gobiernos de derecha.
Para algunos, su defensa actual marca un cambio radical en su enfoque militar y de seguridad.

Por otro lado, sus defensores creen que, aún con el dolor por la pérdida de vidas jóvenes, la operación es parte de una ofensiva legítima para controlar a grupos armados que representan una amenaza real para las tropas estatales y la seguridad nacional. Petro mismo ha enfatizado que asumir riesgos es parte de “recuperar territorio”.

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