Los picos de movilidad en la temporada de fin de año son prometedores para el sector transporte en Colombia, pero chocan con un obstáculo que aún debe superar: el combustible. Es uno de los costes más altos que deben soportar las empresas, ya sean aerolíneas o flotas, sosteniéndose en ocasiones con márgenes muy estrechos y con métodos obsoletos.
Según un análisis reciente de EPAM Systems Inc., con presencia en Colombia, una de las mayores debilidades de las empresas de transporte es la dependencia de sistemas heredados, hojas de cálculo y flujos manuales que dificultan la precisión, visibilidad y coordinación entre equipos, y que pueden frenar los buenos resultados que ha tenido este sector de la economía en el país.
En Colombia, según cifras del Ministerio de Transporte, en agosto de 2025 se movilizaron 13.266.633 toneladas de carga en todo el país. Es un récord histórico. El crecimiento interanual entre este mes y el año pasado ha pasado de 12,78 a 13,26 millones de toneladas. Y en transporte aéreo se transportaron más de 600.000 toneladas de carga y correo. En comparación con 2024, hubo una tasa de crecimiento del 1,7%
El impacto del combustible en este es clave al ser uno de los elementos más sensibles para cualquier operación de transporte. La exposición a las fluctuaciones en el precio del diésel, la gasolina o el combustible para aviones puede tener efectos directos en la rentabilidad y la capacidad de responder a la demanda estacional. Es una vulnerabilidad que muchas organizaciones del sector reconocen y han buscado modernizar en términos de gestión de costes.
Como explican los expertos de la multinacional tecnológica, en temporadas altas y exigentes como la de fin de año, cada punto porcentual de eficiencia marca la diferencia, por lo que muchas empresas en todo el mundo están migrando hacia modelos modernos de gestión de combustible, para tener mejores niveles de previsibilidad, mayor capacidad de respuesta y un control más sólido de los costes.
La automatización, la integración de sistemas y la visibilidad en tiempo real se están convirtiendo en los nuevos estándares para superar la presión estacional sin comprometer la operación.
Por tanto, la modernización es un requisito previo para competir en un mercado donde el combustible determina buena parte del desempeño financiero. Las herramientas que ayudan a gestionar la volatilidad y optimizar los procesos internos permiten navegar con estabilidad estos meses de mayor movimiento.
Para las empresas que gestionan miles de millones de dólares en combustible, seguir operando con métodos heredados afecta la productividad y les impide anticipar riesgos, bloquear estratégicamente los precios o evaluar rápidamente diferentes alternativas de suministro y cobertura ante la volatilidad del mercado.
EPAM ha observado cómo, en muchos casos, equipos pequeños deben asumir procesos complejos sin herramientas integradas que les permitan actuar rápidamente. Mencionan, por ejemplo, la falta de escalabilidad de los sistemas actuales, la dificultad para comparar opciones avanzadas de gestión de riesgos, como las plataformas de comercio de productos básicos y gestión de riesgos (CTRM), y la falta de integración con sistemas centrales como SAP o plataformas comerciales.
Por lo tanto, realizar una evaluación objetiva y estratégica es un desafío adicional para las organizaciones que operan bajo presión constante. Por esta razón, las empresas del sector han comenzado a confiar en diagnósticos especializados que revisan procesos de extremo a extremo, identifican cuellos de botella, comparan plataformas disponibles en el mercado y construyen un caso de negocio claro para la modernización tecnológica.
La experiencia de EPAM demuestra que una estrategia basada en la evaluación de los procesos internos y el análisis comparativo de las soluciones del mercado permite a las empresas avanzar con menos riesgo y mayor claridad. Este enfoque no solo agiliza la identificación de fallas operativas, sino que acelera la toma de decisiones al mostrar comparativamente el impacto financiero y operativo de la adopción de nuevas plataformas versus el mantenimiento de sistemas heredados.
Las empresas que den el paso hacia soluciones tecnológicas integradas, con procesos estandarizados y capacidad analítica, serán las que logren sostener la eficiencia y la resiliencia en los próximos ciclos de alta demanda.
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