
En medio de la creciente tensión política en Colombia, el presidente Gustavo Petro ha señalado de manera contundente la forma en que el Senado desechó una propuesta de consultas populares. A juicio del presidente, el cierre de la votación por parte del presidente del Senado, Efraín Cepeda, ocurrió justo cuando se recolectaron las voces necesarias para alcanzar la mayoría a favor de la iniciativa. Petro, al comentar sobre este incidente, realizó una comparación histórica con la elección del 19 de abril de 1970, afirmando que la decisión tomada en el Senado no refleja la auténtica voluntad del pueblo colombiano. De esta manera, enfatizó que es fundamental que las personas puedan expresarse y decidir en contra de lo que consideran un acto de manipulación institucional.
Después de esta situación, Petro no tardó en solicitar una amplia movilización social e invitó a diversos sectores de la sociedad a unirse en una respuesta colectiva. Convocó a los sindicatos, a los movimientos campesinos, así como a las formas de acción conjunta entre grupos juveniles e indígenas, para coordinar una reacción popular unificada. Además, el presidente hizo hincapié en que esta movilización debe estar alineada con los principios constitucionales, pero que debe ser firmemente opuesta a lo que él denomina una «trampa parlamentaria» que intenta limitar la participación ciudadana. En sus palabras, destacó que la ciudadanía no puede ser silenciada por medio de maniobras ilegales que atentan contra la democracia.
Las fuertes palabras de Petro dicen: «La consulta popular no se hundió, se hundieron con fraude»
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En respuesta a estos acontecimientos, el presidente ordenó a las fuerzas militares y a la policía nacional que se abstuvieran de ejercer violencia contra los ciudadanos que se manifiestan pacíficamente. Petro explicó que el papel de las fuerzas del orden debería ser garantizar la convivencia, proteger los edificios públicos y evitar cualquier tipo de confrontación. Resaltó que el objetivo de estas medidas es preservar la paz y proteger el derecho de la ciudadanía a expresar su descontento ante decisiones que, según él, son una clara violación de los principios democráticos.
Las acusaciones sobre manipulaciones en el proceso de votación también fueron apoyadas por otros miembros del gobierno. El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, calificó la situación de «trampa vergonzosa» perpetrada por el presidente del Senado. Sanguino argumentó que Efraín Cepeda manipuló el proceso de votación para evitar alcanzar el umbral necesario para aprobar la consulta popular, y recordó que el gobierno intentó apelar la decisión por el bloqueo que se implanto en el Senado. Según él, a Colombia le fue negado el derecho a decidir sobre reformas estructurales significativas que podrían impactar en la sociedad.
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Por su parte, el ministro del Interior, Armando Benedetti, salió a condenar abiertamente lo que él considera un crimen político. Benedetti afirmó que tanto Efraín Cepeda como el Secretario General del Senado llevaron a cabo manipulaciones en el conteo de votos y vulneraron los principios éticos y legales que deberían regir el proceso. Según su relato, luego de cerrar la votación, el Secretario había agregado votos a un bloque «sin», alterando así de manera significativa los resultados finales. En este contexto, el gobierno se muestra dispuesto a llevar este asunto ante las instancias pertinentes y, simultáneamente, preparar una movilización social a gran escala para restablecer el derecho de los ciudadanos a ser escuchados.
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