El sistema de pago instantáneo Bre-B continúa acelerando la adopción digital del país. Y aunque todavía está en sus primeras etapas, los últimos datos muestran no sólo un aumento en el registro de claves, sino también una preferencia por las claves alfanuméricas sobre opciones que teóricamente serían más prácticas y memorables, como una tarjeta de identificación y un número de teléfono celular.
Según el Banco de la República, al 4 de diciembre ya estaban registradas en Bre-B 94,9 millones de claves. De ellos, 54,3 millones (57,2%) son alfanuméricos. Muy por detrás quedan las claves de los números de teléfono móvil (19,7 millones, 20,8%), los correos electrónicos (7,0 millones, 7,4%), los documentos de identificación (11,2 millones, 11,8%) y los códigos comerciales (2,7 millones, 2,8%).
El comportamiento es aún más llamativo si se compara con la tendencia anterior de otros sistemas de pago instantáneo en el país, donde el teléfono móvil era el identificador más popular. Hoy, Bre-B muestra una tendencia diferente, pronunciada y estructural y puede tener más que ver con los bancos que con los usuarios.
“Esto puede estar mucho más relacionado con la estrategia que han adoptado las empresas financieras, que brindan códigos que no son fáciles de duplicar y no representan ningún riesgo”, analiza Paula Rojas, gerente de ventas para LATAM de Infobip. «Por ejemplo, si alguien perdiera su número de teléfono, la clave estaría vinculada a él y probablemente a un usuario diferente cuando se reasignara esa línea; sería muy confuso. Por eso los bancos han intentado introducir códigos que son más difíciles de duplicar y permiten a las personas generar más y más claves con diferentes entidades.
La evolución mes a mes del registro de claves también respalda esta interpretación. Entre julio y diciembre, el número de claves alfanuméricas creció rápidamente, en paralelo con las campañas iniciales de registro de los bancos en todo el país. En julio se registraron 20 millones de claves, en agosto 29,4, en septiembre 78,1 y de ahí a más de 90 millones de octubre a diciembre.
El crecimiento de Bre-B conlleva un desafío bastante grande y es educativo. Los usuarios aún no entienden cómo funcionan los botones, cuáles son los más convenientes para sus necesidades y qué riesgos existen, especialmente porque están cargados con los hábitos anteriores de sistemas como Transfiya.
“Se necesitarán meses, tal vez un año, para que la gente comprenda los riesgos de utilizar Bre-B, y es responsabilidad de las empresas que prestan servicios o están afiliadas a Bre-B mejorar la educación financiera”, afirma el experto de Infobip. «Hoy en día, saber qué hacer y qué no hacer al utilizar Bre-B sigue siendo un área gris para muchos colombianos. Por eso es crucial que los bancos, reguladores y organismos de auditoría mejoren la educación financiera sobre este sistema».
Por lo tanto, el predominio de la clave alfanumérica puede decir más sobre la arquitectura de seguridad y mostrar que el sistema está construido sobre una base destinada a proteger los riesgos desde el principio.
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