La comuna Ipiales destaca como una de las ciudades que ha logrado beneficiarse de un programa nacional denominado «música que inspira». Este programa ha permitido la participación de 962 niños y jóvenes provenientes de las regiones de Putumayo y Nariño, además de impactar positivamente en la vida de aproximadamente 2.800 familiares y miembros de su entorno social. La trascendencia de esta iniciativa radica en su enfoque integral, que no solo abarca la enseñanza musical, sino que también busca fortalecer vínculos comunitarios y resaltar la identidad cultural de las localidades involucradas.
El principal objetivo de este proyecto de capacitación musical es claro: prevenir la deserción escolar y, al mismo tiempo, enriquecer la identidad cultural de las comunidades implicadas. Esto se logra mediante la implementación de programas como asambleas musicales, un coro comunitario, bandas de paz y el fomento de la música tradicional. La música, en este contexto, se convierte en un vehículo para la cohesión social y el desarrollo comunitario.
Además, es fundamental reconocer que el programa «música que inspira» resulta ser una herramienta eficaz para transformar vidas a través de la educación musical. Esta transformación no se limita únicamente a la enseñanza de instrumentos, sino que también incluye el mantenimiento del patrimonio cultural y la oferta de un acompañamiento psicosocial fundamental para la infancia y la juventud que participan.
En palabras de Lucía González, presidenta de la Fundación Nacional de Batuta, «la música es una herramienta poderosa para transformar la vida y construir una comunidad». Ella también enfatiza que «este proyecto es un puente entre las tradiciones locales y las posibilidades globales», lo que subraya la importancia de conectar el legado cultural con nuevas oportunidades. La iniciativa ha logrado expandirse hacia varios municipios, incluyendo Puerto Caido, Valle del Guamuez, San Miguel y Orito en Putumayo, así como en Ipiales, en Nariño, permitiendo así un acceso más amplio a la capacitación especializada en acompañamientos tanto musicales como psicosociales.
El desarrollo de esta significativa iniciativa se fundamenta en el modelo pedagógico que propone Batuta, el cual está diseñado para enfatizar la práctica musical colectiva. Se trata de una propuesta flexible que integra el uso de instrumentos tradicionales como la Quena, la Zampoña y el Chango, en consonancia con un repertorio musical universal que enriquece la experiencia artística de los participantes.
Por otro lado, es importante destacar que el acompañamiento psicosocial desempeña un rol crucial dentro de este programa. A través de talleres, reuniones con las familias y sesiones de asesoramiento personalizado, se crean espacios seguros donde los participantes pueden expresar sus emociones libremente. Esto contribuye no solo a fomentar la autoestima entre los jóvenes, sino que también fortalece la cohesión social, consolidando un entorno más unido y colaborativo dentro de la comunidad.
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