La hostilidad entre estas dos potencias nucleares, India y Pakistán, ha escalado intensamente como resultado de un ataque ocurrido el 22 de abril en la región de Cachemira bajo control indio, que dejó un trágico saldo de 26 muertos. Este evento ha reavivado tensiones históricas entre ambos países, que han estado en conflicto durante décadas.
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El reciente incidente llevó a un aumento en las acciones bélicas, donde las fuerzas de la India llevaron a cabo bombardeos en posiciones cercanas a su frontera, incriminando a Pakistán por las hostilidades. En el intercambio de ataques, se evidenció la severidad del enfrentamiento, con imágenes de artillería cruzando la línea de control en la disputada región de Cachemira. La batalla resultó en la muerte de 26 personas del lado pakistaní y 12 del lado indio, acentuando así la tensión entre ambos gobiernos.
En respuesta a la situación, India proclamó la destrucción de «nueve campamentos terroristas» ubicados en el territorio paquistaní, señalando que estas instalaciones eran un refugio para acciones hostiles contra su país. En contrapartida, Pakistán afirmó que había logrado derribar cinco aviones de combate indios y condenó, fuertemente, la pérdida de vidas civiles, especialmente la de 26 inocentes, incluidos dos niños, en los bombardeos llevados a cabo por las fuerzas indias.
Desde la perspectiva del gobierno de Nueva Delhi, se reportó que al menos 12 personas perdieron la vida y 38 resultaron heridas en la ciudad india de Poonch como consecuencia de un ataque de artillería procedente de Pakistán. Estas súbitas escaladas en la violencia subrayan el enfoque militar de ambos lados en un conflicto que sigue enredado por una historia de desconfianza mutua y agresiones previas.
El comienzo de la guerra
La hostilidad entre estas dos fuerzas nucleares, India y Pakistán, explotó como resultado de un ataque ocurrido el 22 de abril en la parte posterior india de Cachemira, causando 26 muertos. Las autoridades de Nueva Delhi han atribuido la responsabilidad de las acciones beligerantes a Islamabad, que ha negado contundentemente las acusaciones.
Cachemira es un territorio mayoritariamente musulmán que ha estado dividido entre India y Pakistán desde la independencia de ambos países del dominio británico en 1947. La región ha sido objeto de un largo y complejo conflicto, dado que tanto India como Pakistán reclaman la soberanía sobre su totalidad y han luchado varias guerras por su control. En este contexto, el actual enfrentamiento es solo un recordatorio de las tensiones persistentes y el delicado equilibrio que define las relaciones entre estas dos naciones nucleares que se encuentran en la cúspide de una nueva fase de crisis.