Los reyes de la plata que casi rompen el mercado: la historia de los Hunt El informante

En la cúspide de la turbulencia económica de finales de los años 70 y principios de los 80, tres hermanos texanos —Nelson Bunker Hunt, William Herbert (Herbert) Hunt y Lamar Hunt— protagonizaron una de las maniobras financieras más llamativas del siglo XX: la acumulación masiva de plata hasta provocar un alza descomunal del precio y, finalmente, un colapso conocido como “Silver Thursday” (Jueves de la Plata). Su historia mezcla fortuna petrolera heredada, apalancamiento extremo, compras de metal físico y contratos de futuros, y terminó en pérdidas multimillonarias, investigaciones y cambios regulatorios en los mercados de materias primas.

Origen y fortuna familiar

Los Hunt provenían de la abundancia petrolera de la familia Hunt —hijos del magnate H.L. Hunt— y habían diversificado su patrimonio en petróleo, bienes raíces y otras inversiones. Con recursos considerables a su disposición, a comienzos de los años 70 iniciaron una estrategia de compra sostenida de plata, primero como cobertura contra la inflación y luego, según críticos y reguladores, con la intención (o al menos con el efecto) de controlar el mercado del metal.

La estrategia: plata física + futuros + apalancamiento

A diferencia de muchos especuladores, los Hunt no se limitaron a acumular contratos de futuros: aceptaron entrega física de plata y la almacenaron en distintos depósitos, además de controlarla mediante grandes posiciones en futuros. Para financiar esas compras recurrieron a apalancamiento (préstamos y crédito en margen) y a la participación de socios njeros, lo que amplificó su capacidad de compra pero también su vulnerabilidad cuando los precios cayeron. En su momento llegaron a controlar una porción muy significativa de la oferta mundial de plata no gubernamental.

El ascenso vertiginoso y la reacción pública

Entre 1979 y enero de 1980 el precio de la plata subió desde niveles cercanos a los 6–11 USD/onza hasta picos que superaron los 49–50 USD por onza, una subida espectacular que atrajo la atención pública, comercial e institucional. El incremento fue tan marcado que empresas consumidoras de plata (como joyerías y fabricantes) protestaron públicamente: Tiffany & Co. llegó a publicar un anuncio en The New York Times criticando el acaparamiento y la subida artificial de precios.

Silver Thursday: el colapso (27 de marzo de 1980)

A finales de marzo de 1980 se desencadenó la crisis: las bolsas de futuros impusieron cambios en las reglas de margen y en la forma de negociar longevidades, restringiendo la capacidad de ampliar posiciones apalancadas en plata. Con los ajustes regulatorios y la caída de la liquidez, los precios se desplomaron; el 27 de marzo quedó marcado como Silver Thursday, cuando la imposibilidad de cumplir con llamadas de margen provocó pánicos, quiebras de posiciones y una caída abrupta del precio de la plata. Los hermanos Hunt enfrentaron llamadas de margen masivas que no pudieron satisfacer.

Rescate, pérdidas y repercusiones legales

Para evitar un colapso mayor en la firma intermediaria implicada, se organizó una línea de crédito (consorcio bancario) —un préstamo millonario— que permitió cubrir algunas obligaciones inmediatas, pero los Hunt sufrieron pérdidas gigantescas: se calcula que las deudas y pérdidas asociadas superaron los miles de millones de dólares en valor nominal, y buena parte de la fortuna familiar se erosionó en la década siguiente. Además, los hechos motivaron investigaciones del gobierno y audiencias del Congreso, sanciones y la prohibición (temporal) de operar en ciertos mercados de materias primas para algunos miembros de la familia.

Cambios regulatorios y lecciones de mercado

El episodio obligó a los mercados y a los reguladores a revisar normativas sobre apalancamiento, transparencia de posiciones y reglas de margen en los mercados de futuros para reducir la posibilidad de que grandes actores acaparen materialmente la oferta y distorsionen precios. En concreto, la COMEX (mercado de metales) modificó reglas para limitar compras apalancadas de plata, una de las respuestas directas al caso Hunt. El caso quedó como un precedente clásico sobre los riesgos del apalancamiento extremo y del acaparamiento de activos físicos para deformar mercados.

¿“Gangsters de la plata”? — Apodo, acusaciones y defensa

Medios y críticos llegaron a apodar a los Hunt como “gangsters” por el efecto que tuvieron sobre precios y por la percepción de que su estrategia dañaba a consumidores y empresas. Los hermanos, por su parte, sostuvieron que su objetivo era proteger su patrimonio frente a la inflación y la inestabilidad económica, y negaron la intención deliberada de manipular. Aun así, la magnitud de sus posiciones y la manera en que utilizaron el mercado conllevó consecuencias regulatorias y reputacionales duraderas.

Legado histórico

Hoy, más de cuatro décadas después, el episodio de los Hunt se estudia en escuelas de negocios y cursos sobre mercados financieros como un caso de estudio sobre concentración de mercado, apalancamiento, riesgos sistémicos y resiliencia regulatoria. También dejó huella cultural: la narrativa del ascenso y la caída ha servido de inspiración en debates sobre ética financiera, regulación y las consecuencias sociales de la especulación a gran escala.

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