Lucho Herrera pagó para no figurar en la desaparición y muerte de varias personas – – El informante

“Se me acabó todo, me dicen el carnicero de Fusa”: Lucho Herrera comparece ante la Fiscalía
La ley no perdona, ni a los ídolos. La sombra de una desaparición múltiple pone a prueba la versión del exciclista

El pasado 5 de junio de 2025, Luis Alberto ‘Lucho’ Herrera, ícono del ciclismo colombiano, compareció ante la Fiscalía General de la Nación en el búnker judicial para rendir versión libre por un hecho que sacudió a Fusagasugá hace más de dos décadas: la desaparición de cuatro vecinos suyos en el año 2002.

El excampeón de montaña, que durante años fue sinónimo de esfuerzo y gloria deportiva, fue mencionado en declaraciones entregadas por tres exparamilitares, quienes lo implican en el caso. El deportista no solo negó cualquier responsabilidad, sino que denunció una extorsión, admitiendo que en el año 2016 le entregó dinero a supuestos miembros de las Autodefensas a cambio de que su nombre no apareciera vinculado.

“En 2016 me buscó un señor de las Autodefensas del Casanare…”

Durante la diligencia, Lucho Herrera reconoció haber entregado dinero, pero lo justificó como un acto desesperado ante lo que asegura fue una amenaza:

“En 2016 me buscó un señor de las Autodefensas del Casanare, me dijo ‘lo tienen a usted implicado en unas muertes de unas personas’, me dijo: ‘si usted no quiere quedar implicado en esas muertes, que ellos me pueden sacar. Entonces que les mande 7 mil millones’”.

Herrera explicó que finalmente entregó 10 millones de pesos, no los 7 mil millones que, asegura, le exigieron inicialmente.

“Yo se los di en Fusa, llegó un muchacho delgado en una moto y no volví a saber nada”.

Contradicciones y relaciones con las víctimas

En su intervención, Herrera también admitió conocer a dos de los desaparecidos: Gonzalo Guerrero y Diuviseldo Torres. Aseguró que fueron vecinos de su infancia, criados en la misma vereda cercana a la casa de sus padres.

“Conozco a dos, a Gonzalo Guerrero y a Diuviseldo Torres, ellos son vecinos de la vereda, se criaron y crecieron ahí, cerca a la casa de mis padres”.

No obstante, esta declaración contrasta con una carta publicada por el mismo Herrera el pasado 21 de abril de 2025, en la que afirmaba:

“Los cargos que se me atribuyen por personas que NO CONOZCO”.

Este punto podría convertirse en una pieza clave para la Fiscalía, ya que abre la puerta a contradicciones que pueden influir en el proceso.

¿Extorsión o encubrimiento?: El debate judicial apenas comienza

Herrera insiste en su inocencia, señalando que toda su vida la ha dedicado al deporte y la familia, y que su implicación en este caso haría parte de un plan estructurado para extorsionarlo. “Se me acabó todo, me dicen el carnicero de Fusa”, expresó, en medio de un relato cargado de indignación y desconcierto.

Pero más allá de sus palabras, la Fiscalía ya analiza testimonios, tiempos, vínculos y movimientos de dinero que podrían aportar elementos probatorios en la investigación.

Rafael Herrera también compareció: “Eso es falso”

Al día siguiente, Rafael Herrera, hermano del exciclista y también mencionado por los exparamilitares, se presentó voluntariamente a la Fiscalía. Fue enfático en su defensa:

“Soy inocente, no tengo nada que ver con esa persona, no entré a esa casa donde funciona la gallera, eso es falso”.

El proceso judicial seguirá su curso con ambos hermanos bajo la lupa de los investigadores.

¿Qué dice la ley?: Delitos asociados al encubrimiento y la financiación de grupos ilegales

Aunque hasta el momento no se han presentado cargos formales, los hechos descritos podrían enmarcarse, dependiendo del avance probatorio, en delitos como:

  • Financiación del terrorismo o de grupos ilegales, según el artículo 345 del Código Penal Colombiano, que contempla penas entre 96 y 180 meses de prisión.
  • En caso de encontrarse pruebas de encubrimiento, podría aplicarse el artículo 444A, relacionado con favorecimiento al autor de un delito, con penas que oscilan entre 32 y 90 meses.

Cabe destacar que Herrera no ha sido imputado formalmente, pero su confesión sobre la entrega de dinero a un grupo armado ilegal sí podría tener implicaciones penales, dependiendo del análisis del ente acusador.

El peso de un nombre y la fragilidad de una reputación

Más allá del proceso judicial, este caso abre un debate profundo sobre la fragilidad de la imagen pública. Un ídolo puede desplomarse con la misma rapidez con la que alguna vez subió un puerto de montaña. Y no porque se le condene de antemano, sino porque hoy el país exige claridad, justicia y cero privilegios para nadie.


TAMBIÉN LE PUEDE INTERESAR:

0

Compartir :