El recuerdo aún duele. Septiembre de 2024 dejó una herida abierta en la memoria de Atlético Nacional y sus fanáticos, cuando el partido contra el junior de Barranquilla en el estadio Atanasio Girardot terminó en el caos.
Ese día, en medio de un compromiso de que el equipo de Paisa ganó claramente, los actos de violencia que empañaron el programa fueron desatados y culminados en la intervención del Dimayor: los puntos fueron otorgados al junior después de la suspensión del partido. Además, las sanciones provienen de la oficina del alcalde de Medellín, así como los castigos económicos y disciplinarios impuestos por el órgano rector del fútbol colombiano.
Un episodio vergonzoso que el Antioquia Club no está dispuesto a repetir.
Es por eso que, frente a la nueva confrontación de este domingo a las 4:00 p.m. entre los tiburones verdes y en el mismo escenario, los gerentes nacionales del Atlético han tomado una decisión firme: no habrá ingresos de los fanáticos visitantes a Atanasio Girardot.
La medida busca proteger el espectáculo, proteger la integridad de los asistentes y asegurarse de que el fútbol sea nuevamente el protagonista.
Aunque algunos lo consideran radical, es una determinación basada en la experiencia reciente y la necesidad de mantener el orden en un duelo que, por historia y rivalidad, siempre despierta pasiones intensas.
Con esta decisión, el Antioquia Club también deja en claro su compromiso de limpiar el juego dentro y fuera de la cancha, priorizando la seguridad y el bien de su gente. El mensaje es abrumador: no más espacios para la violencia en el fútbol.
En esta nueva edición del clásico de Costeño-Paisa, Nacional quiere que el único grito se escuche es el de la meta, y que Atanasio es nuevamente una fiesta, sin sombras del pasado.
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