Isabelita Mercado, la asesora de una víctima en temas de paz y reconciliación, confirmó que este lunes 14 de abril, un grupo de 40 familias provenientes de Back de Catatumbo llegaron a la ciudad de Bogotá, ubicada en el departamento de Norte de Santander. Estas familias se vieron obligadas a escapar de su hogar debido a las amenazas que recibieron en su aldea, ahora en un lugar que han denominado Puerto. Frente a estas circunstancias críticas que amenazan la integridad de estas personas, el funcionario hizo un llamado urgente a la Agencia Nacional para que asuma sus responsabilidades en el proceso de transporte final de estas familias, con el objetivo de evitar que se conviertan en víctimas adicionales del conflicto.
El gobierno del distrito ha tomado medidas inmediatas para abordar esta situación, ofreciendo atención que incluye alojamiento temporal, acceso a servicios de atención médica, educación, apoyo psicosocial, así como la integración social y políticas legales necesarias. Además, se han implementado características económicas y sociales que permitirán determinar cuántas de estas familias permanecerán en Bogotá y cuáles son las condiciones que facilitarán su integración en la comunidad.
Una ciudad que se obtiene, pero también fluye
La reciente llegada masiva de estas familias refleja una alarmante disminución de la situación humanitaria en Catatumbo. Allí, los conflictos armados continúan generando violencia, desarraigo y una creciente ola de personas en busca de refugio. De acuerdo a cifras oficiales, en enero de 2025, Bogotá experimentó un aumento del 30 % en el número de desplazados que llegan en comparación con años anteriores.
Ante esta crisis, la provincia ha estado reforzando su capacidad operativa; ha cuadruplicado el número de espacios disponibles en refugios y ha comenzado a proporcionar subsidios de alquiler y alimentos a más de 1.600 personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, las autoridades han advertido que los recursos disponibles están llegando a sus límites, lo que complica aún más la respuesta a esta dramática situación.
En medio de esta crisis humanitaria, el gobierno del distrito ha reiterado su llamado a la unidad de las víctimas, instando a que se tomen acciones sobre la situación de la comunidad Emberá indígena que permanece en Bogotá desde septiembre de 2023 y que aún no ha encontrado una solución definitiva. Estas familias han estado viviendo en refugios del distrito por más de seis meses, lo que ha incrementado el costo de los servicios de atención y ha restringido la capacidad de respuesta ante nuevos desafíos, como la llegada de las familias procedentes de Catatumbo.
A pesar de los esfuerzos que se están llevando a cabo, Bogotá continúa trabajando en la organización y asistencia de las víctimas del conflicto, aunque enfrenta una crisis estructural que requiere respuestas urgentes y coordinadas desde el nivel nacional. Mientras tanto, aquellos que han tenido que huir de la violencia solo desean un lugar seguro donde puedan reconstruir sus vidas y buscar un futuro mejor.
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