En una entrevista con la revista SEMANA, el exministro de Defensa y diplomático Juan Carlos Pinzón confirmó su decisión de aspirar a la presidencia de Colombia para las elecciones de 2026, respaldado por uno o varios partidos políticos. Según sus palabras, el país requiere “orden, firmeza” y “una fuerza serena” para enfrentar los retos que, en su visión, los gobiernos anteriores no han sabido solucionar.
Contexto y perfil del aspirante
Juan Carlos Pinzón Bueno es un economista de formación con una amplia trayectoria pública: fue ministro de Defensa (20112015), embajador de Colombia ante los Estados Unidos y ocupó cargos estratégicos en temas de seguridad. Su nombre ha estado presente en el debate político desde hace años, y esta nueva candidatura se inscribe en un momento de reconfiguración del panorama político colombiano.
Según él, su fortaleza radica precisamente en su experiencia en seguridad: “Soy el único con experiencia en seguridad. El único que ha derrotado el crimen. Lo demás son cuentos.” Esta afirmación, claramente confrontativa, contrasta con lo que él ve como propuestas superficiales de otros aspirantes que, a su juicio, apelan más al espectáculo o al marketing político que al contenido real de gobierno.
Qué dijo y a quiénes criticó
Durante la conversación con Yesid Lancheros, Pinzón enfatizó que el país no puede permitirse “jugar” con cargos o con discursos vacíos:
“Colombia no puede ponerse a jugar, el país no necesita payasos, no tiene tiempo de ver si alguien toma un curso en la presidencia. El país necesita un presidente de verdad, no un buen candidato.”
También hizo una crítica directa al actual presidente Gustavo Petro, calificando su gestión como desastrosa: “Petro ha sido un desastre y pareciera que le quiere hacer un mal al país.” En cuanto a su relación con figuras políticas pasadas, aseguró que hace más de ocho años no tiene trato con el expresidente Juan Manuel Santos.
En cuanto a sus intenciones de avales, Pinzón indicó que está en conversaciones con distintos sectores y que su propuesta es crear “grandes coaliciones democráticas” que trasciendan los compartimentos ideológicos tradicionales. Mencionó incluso que ha dialogado con la excandidata Ingrid Betancourt y su movimiento político Oxígeno.
Entre los temas con los que se compromete están: mejorar la seguridad, reactivar la economía, encarar la crisis fiscal, y reformar estructuras estatales que, según él, no han entregado resultados en las regiones apartadas.
Recepción y posibles desafíos
Aunque el anuncio marca un nuevo paso para Pinzón, su candidatura enfrentará retos considerables:
- Competencia interna: Decenas de precandidatos ya han manifestado intenciones de competir, algunos con respaldo mediático o político muy fuerte. Pinzón deberá abrirse espacio entre esas opciones.
- Avales partidistas: Lograr que uno o varios partidos lo respalden formalmente exige negociaciones políticas, concesiones, acuerdos programáticos, y conectar con estructuras locales.
- Credibilidad versus expectativas: Al usar un discurso duro contra otros aspirantes, entra en la tensión de demostrar que no es solo una retórica, sino que tiene propuestas viables y realistas.
- Reacción del electorado: La fórmula de “experiencia vs espectáculo” puede resonar en ciertos sectores, pero otros podrían criticar la dureza retórica.
- Escenario político más amplio: En medio de disputas entre coaliciones (izquierda, centro, derecha), la candidatura de Pinzón podría atraer apoyos del centroderecha, pero también ser blanco de críticas de quienes lo ven cercano a estructuras políticas tradicionales.
Este anuncio reinscribe a Juan Carlos Pinzón en la carrera presidencial con un mensaje claro: combate a la improvisación, apuesta por coaliciones amplias y centralidad del Estado fuerte en seguridad y orden. Queda por verse si esos criterios serán suficientes para sostener una campaña competitiva hasta 2026.
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