En una ceremonia llena de emoción y reconocimiento, Ousmane Dembélé Fue coronado como el nuevo Bola de oro 2025superando los nombres consagrados y las estrellas jóvenes en una edición que recompensó su renacimiento de regularidad, talento y fútbol. El fin de los franceses vivió una temporada mágica, combinando goles, asistencias y liderazgo en el PSG, donde finalmente alcanzó el nivel que muchos esperaban desde sus primeros destellos en Rennes.
Pero detrás de ese ascenso meteórico, hay una historia tejida con conexiones inesperadas, incluida una muy especial con Colombia. A lo largo de su carrera, Dembélé ha compartido disfraces con varios jugadores colombianos que, en ese momento, también marcaron su camino y crecimiento profesional. Desde sus días como promesa en Francia hasta sus años en la élite europea, el hoy Golden Ball fue un compañero de figuras de café que lo vieron evolucionar.
En sus comienzos en los Rennes, Juan Fernando Quintero Fue uno de los primeros colombianos que Dembélé coincidió. El talento del mediocampista antioquia, conocido por su visión del juego y la técnica refinada, sirvió como referencia creativa para el joven francés, que absorbió los movimientos y los conceptos. Quintero, aunque brevemente en Francia, dejó una marca entre los que lo rodearon, y Dembélé lo ha mencionado en más de una ocasión como un jugador «inspirador».
Entonces, en su paso a través de él Borussia DortmundDembélé coincidió con Adrián RamosUn delantero que contribuyó con experiencia y mentalidad de lucha en el equipo alemán. Aunque no compartieron muchos minutos juntos, el francés llegó a valorar la actitud de Ramos de día a día, especialmente su capacidad para mantenerse firme en la exigente Bundesliga. Esa etapa fue clave para forjar el carácter competitivo de Ousmane.
Ya en él BarcelonaDos defensores colombianos eran parte de su entorno: Yerry Mina y Jeison Murillo. Con el primero, coincidió durante la temporada 2017-18, y con la segunda, en 2018-19. Ambos centrales no solo fueron colegas en el entrenamiento, sino que compartieron momentos de vestuario que, según fuentes cercanas al club, sirvieron para fortalecer los lazos culturales y mantener una atmósfera alegre y familiar. Dembélé, reservado pero receptivo, que se encuentra en ellos apoyo y conexión de América del Sur.
Aunque sus trayectorias tomaron diferentes direcciones, todos estos nombres colombianos ahora tienen algo en común: haber compartido una cancha y momentos con una futura bola de oro. Para el fútbol colombiano, estos enlaces son una fuente de orgullo, ya que reflejan la presencia constante de talento nacional en la élite del fútbol mundial, incluso en caminos que conducen a la cima del reconocimiento individual.
El Dembélé Golden Ball no solo reconoce al jugador renacido, sino también al compañero, el joven que creció rodeado de talento internacional y sabía cómo aprender, adaptarse y brillar. En su historia hay objetivos, títulos y dribbles memorables, pero también amigos, anécdotas y huellas colombianas que lo acompañaron en silencio hasta la cima del mundo.
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