Bogotá / Nueva York, 27 de septiembre de 2025 — La revocación de la visa estadounidense al presidente colombiano Gustavo Petro, anunciada por el Departamento de Estado de EE. UU., desató una respuesta diplomática contundente del mandatario, quien cuestionó las normas de inmunidad diplomática y sugirió que la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no debería continuar en Nueva York.
La decisión de EE. UU.
El viernes 26 de septiembre, el Departamento de Estado de los Estados Unidos comunicó que revocarían la visa de Petro, calificando su conducta como “imprudente e incendiaria”. Según el documento emitido en X (la plataforma antes conocida como Twitter), esta medida respondía a los actos del presidente colombiano durante una manifestación en Nueva York, donde habría instado a soldados estadounidenses a desobedecer órdenes y participado en protestas proPalestina.
El gobierno estadounidense señaló que la revocación obedecía justamente a esos llamados públicos a la insubordinación, los cuales consideran que incitan a la violencia.
La reacción de Petro
Al llegar a Bogotá, Petro declaró que ya no contaba con visa para EE. UU., pero que eso no le afectaba, pues aseguró tener ciudadanía europea y que podría ingresar al país norteamericano mediante el sistema ESTA (Electronic System for Travel Authorization).
Pero fue más allá: el presidente afirmó que la sede de Naciones Unidas no puede continuar en Nueva York, porque lo que EE. UU. hizo con él habría quebrantado las normas de inmunidad diplomática que rigen los eventos de la ONU. En su mensaje, sostuvo que al condicionar la entrada de un jefe de Estado participante de la Asamblea General, EE. UU. estaría vulnerando el derecho internacional.
“Lo que hace el gobierno de EE. UU. conmigo rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de la ONU y su Asamblea General”, escribió Petro en su cuenta de X. También tomó de caso el hecho de que al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, también se le negó el ingreso a EE. UU. para intervenir ante la ONU, lo que reforzaría —según Petro— un doble estándar.
En sus palabras, sostuvo:
“Llegué a Bogotá y me encuentro con que ya no tengo visa a Estados Unidos […] No necesito visa, soy ciudadano europeo y colombiano, y me considero una persona libre en el mundo.”
Contexto: discursos y tensiones previas
Para entender mejor el choque diplomático, es importante situar los antecedentes:
- En días anteriores, durante su intervención en la Asamblea General de la ONU, Petro había hecho fuertes críticas a la política exterior estadounidense y al apoyo a Israel, calificando la operación militar en Gaza como genocidio e instando a la creación de una fuerza internacional más poderosa que EE. UU. e Israel juntos para defender Palestina.
- Esa «posición combativa» ya había tensado las relaciones entre Bogotá y Washington, especialmente cuando el gobierno de Trump había removido a Colombia de su lista de aliados principales en la lucha contra las drogas.
- Con esta decisión de revocación de visa, muchos analistas consideran que EE. UU. da un paso inusual en materia diplomática, al aplicar una sanción directa sobre un jefe de Estado visitante de la ONU, lo que abre debates sobre prerrogativas diplomáticas y acuerdos de sede.
Implicaciones diplomáticas y preguntas abiertas
- Normas de inmunidad y acuerdos de sede
Los jefes de Estado tienen, en principio, garantías especiales al asistir a eventos de la ONU. Al condicionar su ingreso, EE. UU. podría haber vulnerado acuerdos internacionales relacionados con la sede de la ONU en Nueva York. Petro lo denunció como un atropello al derecho internacional. - ¿Qué tan efectiva es la revocación para limitar viajes futuros?
La medida solo aplica a la visa, pero Petro afirma que puede usar el ESTA gracias a su ciudadanía europea. No obstante, la aprobación del ESTA no es automática y está sujeta a la evaluación migratoria estadounidense. - ¿Deslegitimar la sede de la ONU en Nueva York?
La propuesta de Petro de que la sede de la ONU abandone Nueva York tiene carácter simbólico y busca exponer lo que él denomina una “inconsistencia” en que una nación anfitriona pueda penalizar a un líder que acude legítimamente a la Asamblea General. Pero cambiar la sede de la ONU requiere acuerdos multilaterales complejos. - Relaciones Colombia – EE. UU. en el mediano plazo
Esta crisis diplomática puede generar repercusiones en cooperación multilateral, comercio, seguridad y política antidrogas, ámbitos en los que EE. UU. ha sido uno de los principales socios de Colombia.
Conclusión
La revocación de la visa de Gustavo Petro por parte de EE. UU. y su respuesta denunciando violaciones al derecho internacional elevan la tensión diplomática entre ambas naciones a un nivel pocas veces visto. Al pedir que la ONU abandone Nueva York, Petro articula una narrativa crítica frente al país anfitrión de la organización internacional más emblemática del mundo. Si bien esa propuesta tiene más valor simbólico que factible en el corto plazo, el episodio seguramente marcará el tono de las relaciones diplomáticas en los próximos meses.
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