Crimen a plena luz: denuncian narcotráfico, extorsión y abuso en la plaza de mercado de Chiquinquirá
Una nueva denuncia ciudadana sacude a Chiquinquirá. Esta vez, el epicentro del escándalo es la plaza de mercado, lugar emblemático del comercio popular, que según múltiples testimonios se ha convertido en un verdadero foco de inseguridad, microtráfico y presunto abandono institucional.
Los hechos denunciados no son menores. Se trata de un entorno donde, presuntamente, opera un grupo criminal identificado como “El Cartel de los Chamos”, que controlaría la venta de estupefacientes en los pasillos de la plaza. Este grupo no solo impondría su poder mediante el cobro de vacunas a los vendedores ambulantes, sino que también estaría detrás de ajustes de cuentas violentos que han sido presenciados por comerciantes y visitantes.
El miedo se volvió el pan de cada día
Robos a plena luz del día, amenazas constantes y silencio obligado son parte del panorama que enfrentan quienes intentan ganarse la vida en este espacio. A ello se suma la denuncia grave sobre un individuo conocido como alias “Millos”, quien, según la comunidad, atiende los baños de la Plaza de la Papa, pero estaría vinculado como expendedor de drogas y protagonista de actos sexuales al interior de ese espacio.
“Todo lo robado llega a ese negocio. Es un sitio de drogas y sexo. Ahí entran menores de edad. No se sabe qué hace este señor con ellas”, advierten en la denuncia ciudadana enviada a este medio.
Las implicaciones son escalofriantes: menores de edad en espacios bajo dominio criminal, expendio de droga cerca de alimentos, espacios públicos convertidos en centros clandestinos de consumo y explotación.
¿Dónde están las autoridades?
La queja más recurrente no es solo el actuar de los delincuentes, sino la inacción institucional. A pesar de múltiples advertencias, la Administración del Centro de Acopio y Mercadeo y las autoridades locales no habrían tomado medidas contundentes. Mientras los ciudadanos claman por intervención, los grupos criminales siguen operando con libertad.
“Exigimos a la Alcaldía, a la Policía, a la Fiscalía, a Bienestar Familiar: que intervengan ya. Esto es un foco de peligro para todos. No es posible que en un sitio de comercio se permita tanto descontrol y crimen”, exige uno de los denunciantes.
Impunidad, el peor aliado del crimen
En Colombia, el Código Penal contempla el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes en su artículo 376, con penas que van desde los 96 hasta los 216 meses de prisión, dependiendo de la cantidad y circunstancias agravantes. A esto podrían sumarse cargos por corrupción de menores (artículo 411) si se comprueba la presencia de niñas en actividades ilegales, y abuso de posición dominante o favorecimiento, si funcionarios permitieron o ignoraron los hechos.
Pero mientras no haya acciones formales y judiciales, todo quedará en la impunidad más cómoda para los delincuentes.
¿Y si no se denuncia formalmente?
Sabemos que muchos temen por represalias. Pero no denunciar formalmente permite que los responsables sigan actuando sin historial, sin sanción, sin registro penal. Denunciar en redes visibiliza. Denunciar ante la ley transforma.
La comunidad ya dio el primer paso al alzar la voz. Ahora, se necesita que las instituciones respondan con contundencia.
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