Cuando se ha completado el funeral del Papa Francisco, más de 130 cardenales están listos para una de las ceremonias más secretas de la Iglesia Católica: el Cónclave.
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Hoy se llevó a cabo el funeral del Papa Francisco, quien falleció a la edad de 88 años el lunes 21 de abril. Conforme a su voluntariosa disposición, su cuerpo fue inhumado por el pontífice en la majestuosa Basílica de Santa María la Mayor. Este lugar, cargado de historia y significado, fue elegido para rendir homenaje a un líder que ha impactado profundamente en la Iglesia y en el mundo.
Ahora, al realizarse el funeral del primer pontífice latinoamericano, la Iglesia Católica enfrenta un momento crucial. Más de 130 cardenales deben reunirse para elegir a su sucesor, en una de las ceremonias más reservadas y significativas de la iglesia: el Cónclave.
El cónclave
En la actualidad, el Colegio Cardenalicio, que fue establecido en el año 1150, está compuesto por 252 cardenales, de los cuales 139 tienen derecho a voto al ser menores de 80 años. Estos cardenales no solo son votantes, sino que también son elegibles para ocupar la posición más alta de la Iglesia Católica. Se encuentran preparados para desempeñar un papel fundamental en la definición del futuro de la Iglesia, con el peso de la tradición y las expectativas del mundo sobre sus hombros.
«El Cónclave es un acto profundamente espiritual donde los Cardenales, quienes son algunos de los pastores más experimentados y venerados, eligen a la persona que guiará a la Iglesia Católica y se convertirá en el nuevo Papa. Durante el proceso, se llevan a cabo dos votaciones por día, una en la mañana y otra en la tarde, en un entorno de reflexión y oración.» Estas palabras fueron pronunciaadas por el profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Javeriana, José Luis Meza, SA, quien destaca la importancia espiritual y el respeto que rodea este evento.
Fumar en blanco y negro
El proceso de elección es intenso. Una vez que un candidato dentro del grupo de cardenales participantes no logra obtener los dos tercios de los votos requeridos, se emite humo negro, una señal que informa al público reunido en la Plaza de San Pedro, así como a los millones de personas que siguen el proceso a través de la televisión en todo el mundo, que aún no se ha llegado a un acuerdo. Este acto es altamente simbólico y refleja la seriedad del procedimiento.
Una vez que se alcanza un consenso entre los cardenales, y se obtiene la mayoría de dos tercios, es entonces cuando se emite humo blanco. Este es el momento esperado, cuando el anuncio oficial se realiza desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Uno de los cardenales pronuncia la célebre frase en latín «Habemus Papam», y ante el mundo, se confirma el nombre del nuevo líder de la Iglesia Católica, marcando un nuevo capítulo en la historia religiosa y espiritual de millones de fieles alrededor del planeta.