Deportivo Pasto vive horas de incertidumbre después de la renuncia de su entrenador Camilo Ayala, quien decidió hacerse a un lado después de varias semanas en las que la presión dentro y fuera de la corte se volvió insostenible.
La falta de resultados deportivos en la liga Betplay había comenzado a generar desacuerdo entre los fanáticos, quienes pidieron un cambio de curso. La atmósfera rara, las críticas constantes y la pérdida de confianza en el proceso estaban debilitando la gestión del estratega, que se estaba quedando gradualmente contra las cuerdas.
A esta situación se agregaron las declaraciones recientes del presidente del club, quienes reconocieron públicamente que existía la posibilidad de que algunos jugadores estuvieran relacionados con las apuestas deportivas. Esta señalización no solo encendió las alarmas en el entorno del equipo, sino que también aumentó la tensión en el cuerpo técnico y el propio Ayala, que en medio de este escenario estaba aún más presionado.
El golpe final se produjo después de la derrota contra América de Cali, en un partido pospuesto de la liga, que sirvió como disparador para la renuncia. Con este resultado, la hierba no solo profundizó su crisis deportiva, sino que también terminó fracturando la confianza en el proyecto liderado por el ex jugador de fútbol.
Antes de la partida de Ayala, el liderazgo ya ha comenzado a analizar quién asumirá el comando del equipo al tiempo que contrata a un técnico de propiedad. Todo indica que René Roseros estará a cargo de dirigir al equipo de Tricolor en los próximos partidos, comenzando este domingo cuando el césped visita al junior de Barranquilla.
La decisión de Ayala abre un nuevo capítulo en la historia reciente del club, que está obligada a reconstruir el camino y recuperar el apoyo de los fanáticos en medio de un paisaje deportivo y administrativo que no ofrece tregua.
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