El director del Consejo Económico Nacional de los Estados Unidos revela que el incremento en el rendimiento de la deuda pública estadounidense ha provocado que la adopción de tarifas se vea como una medida “más urgente”.
Washington-10 / 04/2025. El director del Consejo Económico Nacional de los Estados Unidos, Kevin Hasset, expuso este jueves las razones subyacentes que justifican la implementación de tarifas temporales. Hasset admitió que el mencionado aumento en el rendimiento de la deuda de EE. UU. trajo consigo una «urgencia adicional» que presiona para tomar decisiones sobre la suspensión de medidas que habían sido anunciadas por Donald Trump la semana pasada. Esta decisión repercutió visiblemente en el mercado financiero, pues después de dicho anuncio, American Connection mostró un ascenso en sus acciones de aproximadamente el 4.5%, lo que generó ventas masivas entre los inversores.
En el contexto del clima económico actual, el miércoles pasado, la situación se tornó más complicada, con Bolsas que comenzaron a mostrar caídas y la rentabilidad de los bonos estadounidenses en aumento. En este marco inestable, Trump anunció que se desviaría de su postura anterior y reveló una tregua de 90 días respecto a la aplicación mayoritaria de los aranceles, acción que fue comunicada el 2 de abril, aunque dejó fuera de esta tregua a China, a la que se le impusieron nuevos gravámenes que aumentaron al 125%.
Hasset enfatizó durante una entrevista en la cadena CNBC que, en efecto, la decisión de pausar la tarifa responde a una estrategia más amplia del gobierno, que ya estaba en proceso y había implicado desde un inicio el «negociar señales» con otros socios comerciales desde meses antes. «Todo ha progresado de manera ordenada, y es innegable que el comportamiento del mercado de deuda generó una mayor urgencia”, comentó Hasset, quien sugirió que la paralización de tarifas “se implementaría pronto”.
Asimismo, el director del Consejo Económico Nacional de los Estados Unidos hizo un esfuerzo por aseverar que su decisión no está directamente vinculada a la caída persistente en las bolsas de valores alrededor del mundo, caída que se produjo tras las “agresivas tarifas recíprocas” que Trump había instaurado el 2 de abril.
En palabras de Hasset, varios países, en su mayoría, pero con la corroboración del gobierno de EE.UU., expresaron la necesidad de negociar la carga impositiva “antes de que la inestabilidad del mercado pudiera intensificarse”. Sin embargo, aunque Hasset intentó explicar la lógica detrás de la decisión, no pudo evitar reconocer que en la elección de pausar tarifas intervinieron diversos factores. Esto incluye no solo las presiones económicas multimillonarias que eran esperadas para el inicio de la administración de Trump, sino también la caída actual que ha llevado a pérdidas significativas debido a las tarifas impuestas. Contribuyen también a este contexto la fragilidad frente a otras monedas y el hecho de que analistas del mercado ahora advierten que la «deuda estadounidense ya no es un refugio seguro en momentos de aversión al riesgo».
La deuda representa un punto débil para Trump
La elevada deuda pública que supera los $36 billones (32.5 billones de euros) en Estados Unidos, sumado a que una porción considerable de esta deuda está en manos de inversores extranjeros, destacando a China, representa un desafío especial para la política económica de Trump.
La decisión de recurrir a tarifas adicionales ha provocado que los analistas consideren lógico que los bonos comenzaran a caer, ya que esta deuda era previamente vista como un activo refugio en momentos de elevada incertidumbre económica.
El descenso en la rentabilidad inicial, que es la cantidad de interés que el Estado paga a los inversores por el dinero prestado, coincide con un crecimiento en la demanda de deuda estadounidense, un fenómeno que, antes de una mayor demanda por parte del mercado, se traduce en un aumento en los precios de los bonos, lo que, a su vez, provoca una disminución en su rendimiento.
Sin embargo, lo que ha desconcertado a muchos analistas es la reciente recuperación en la rentabilidad, lo cual indica un menor apetito entre los inversores por los bonos estadounidenses o un aumento en las ventas provenientes de tenedores actuales, lo que genera un clima de incertidumbre. En este contexto, la probabilidad de que China cuestionara a los Estados Unidos en relación a las tarifas podría haber influido tras esa oleada de ventas masivas.